La realidad desinfla las mentiras de la burguesía

La burguesía utiliza el corona virus para intentar encubrir todo. Es el virus “ideal” del capitalismo en una etapa de su descomposición mas aguda, en donde todo se tiñe, se tapa y le imprime su sello.  De por sí un sello despótico y facistoide.

“La crisis estructural, los descensos salariales, el hambre y las múltiples desdichas de los pueblos del mundo son por el corona virus”. Por eso para ellos  que se tome una medida de fuerza, una huelga, una manifestación, una reunión o una asamblea es “faltarle el respeto” al corona virus.

Esta situación llevo “al cajón de los recuerdos” una variedad de enfermedades que aparentemente no existen más.  Es como si este nuevo virus se adaptase a cualquier circunstancia adoptando múltiples formas y manifestándose de mil maneras diferentes como un ser invencible que deja en el ostracismo a los más poderosos dioses antiguos poniendo al apocalipsis que rezan los escritos bíblicos en un lugar inservible.

La burguesía está utilizando el Covid para cajonear otros problemas en la salud y parece que el único problema sanitario paso a ser éste. Es como una “enfermedad esencial” única e indisoluble que se alza por encima de las demás contribuyendo al deterioro de las condiciones de vida.

Todo el sistema de salud pública nacional está colapsado y derruido por las políticas de Estado. Los recursos necesarios para hacer frente a la variedad de enfermedades que sufre nuestro pueblo están destinados a los monopolios, con este virus se justifica deliberadamente todo lo que el Estado se desentiende.

No hay turnos en los hospitales y centros de salud.  Los tratamientos de otras enfermedades no son prioritarios, aunque haya riesgos de muertes o consecuencias dramáticas para las personas.  Las enfermedades ambulatorias, de huesos, arteriales, enfermedades coronarias, tratamientos de todo tipo de cáncer, de corazón, de riñón, etc. pasaron a ser una mera descripción de una realidad que se oculta deliberadamente.

Al mismo tiempo, diversos medicamentos para los diferentes tratamientos ya no se consiguen o directamente son imposibles de pagar. Los que el Estado otorgaba para casos de cáncer de pulmón o de colon -por ejemplo- se han dejado de entregar.

Hipócritas son las frases sobre la “preocupación por la salud de nuestro pueblo” que los discursos de los gobernantes y funcionarios realizan imaginando con ello que convencen a alguien. Cuando en realidad en las barridas se juntan recursos para cubrir los gastos de medicamentos que algún vecino necesita con urgencia.

En el estado deliberativo de nuestro pueblo en este marco de resistencia y bronca cada vez más generalizada, este aspecto es otra mancha indisimulable del sistema capitalista que queda expuesto. Las quejas crecen y la bronca también. La realidad desinfla sus las mentiras.

En el propio tratamiento del covid esta expresadas las condiciones de pauperización de la salud de nuestro pueblo. La burguesía no está combatiendo al covid, lo está utilizando como medio de extorsión, para generar pánico, para esconder el estado de la crisis, para justificar los subsidios a los monopolios, hasta para hacer propaganda electoral. Esta situación, en manos de la burguesía tan decrepita, tan infame y tan adscripta a la mentira, es utilizada además para sostener su ideología.

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