La clase obrera vitivinícola de Mendoza salió a la calle: crece la resistencia activa

Hoy es una jornada de lucha histórica para la clase obrera vitivinícola de Mendoza, pues arrancaron con una exitosa movilización a la Casa de Gobierno de dicha provincia para entregar un petitorio de reclamos a los políticos empleados de sus patrones, las grandes bodegas, en el marco de un plan de lucha que arrancó con esta movilización.

Los y las vitivinícolas se autoconvocaron y desde la más absoluta independencia política, dándole la espalda a los sindicatos y decidiendo desde abajo, salieron a la calle calentando el ring de la lucha de clases, haciendo un ejercicio de organización y lucha que sea capaz de generar las condiciones para mayores y superiores confrontaciones.

La huelga late en las bodegas y viñedos, pero para ello hay que salir a dar señales ciertas de organización que coloque a nuestra clase en la correlación de fuerzas necesarias y como ellos afirman: “la fuerza se logra saliendo a luchar”. Por eso, este paso es enorme y puso nervioso a toda las patronales, al sindicato y al gobierno, que no se midieron en tomar medidas para frenar la iniciativa: desde rifas presenciales de casas y automóviles a la misma hora que la movilización, pago doble de la jornada para que asistan a trabajar (hoy es el día de los vitivinícolas y por lo tanto no laborable), hasta asados gratis y toda esa indignante actitud a la que nos tienen acostumbrados la burguesía. Eso sí: de los salarios de hambre ni se habla, como bien denuncian los compañeros (ver nota del 28 de enero en nuestra página).

Por otro lado, esta movilización indica claramente que la resistencia de la clase obrera a nivel nacional da cada día nuevas muestras y señales, QUE LA RESISTENCIA ACTIVA CRECE Y NO PARA DE CRECER, a pesar de la pandemia que inmoviliza en parte las grandes movilizaciones y que la utilizan para amedrentar y justificar el gran ajuste que le aplicaron al pueblo trabajador.

Nuestro partido saluda y alienta calurosamente esta jornada protagonizada por las trabajadoras y trabajadores de la uva, al tiempo que la colocamos como una experiencia naciente que empujará y aportará enormemente a ese torrente “silencioso” que avanza a paso firme, que es la resistencia de la clase obrera Argentina y que más temprano que tarde se impondrá en la escena política nacional.

 

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