Anuncios que anuncian más de lo mismo

A partir de los anuncios presidenciales respecto a la pandemia y las “nuevas restricciones”, en el día de hoy hemos visto cómo los medios masivos de desinformación nos han inundado de todo tipo de “análisis”, especulaciones, controversias, el Don Pirulero de las vacunas y otras yerbas.

La tarde terminó siendo decorada por una conferencia de prensa de un Rodríguez Larreta haciendo campaña política montado sobre el tema de la presencialidad en las escuelas, anunciando amparos a la Corte Suprema y expresando su “dolor” porque “se rompió el diálogo”. Toda una escenografía funcional al sistema en donde lo único que les queda para entretenernos es volver sobre “la grieta” entre el gobierno nacional y la “oposición”, totalmente ajena al país real.

No sólo respecto a lo que está ocurriendo en Argentina (y en el mundo) sino sobre todo a la situación que estamos viviendo millones de habitantes y al incremento de la conflictividad y la lucha de clases.

Ya hemos dicho hasta el cansancio que no desconocemos el crecimiento exponencial de casos y muertes por Covid, pero tenemos claro que lo que se intenta desde la clase dominante es esconder la crisis de superproducción de mercancías y capitales del sistema capitalista bajo “el manto” de la pandemia, destruyendo de forma devastadora fuerzas productivas como quizás nunca antes con otras crisis.

Eso sí, señoras y señores, el presidente lo dejó muy claro: lo único que no van a tocar es la producción, cosa que ya venían anunciando varios lacayos de la burguesía y ayer el mandatario lo confirmó. “Está visto que el problema del contagio no está en las fábricas, ni en los negocios con distancia social. El problema principal está en las reuniones sociales donde la gente se distiende”. Está claro que para el gobierno los grandes monopolios no se distienden y “la culpa es de la gente”.

El presidente debería informarse mejor. Le recomendamos le haga un llamadito a su amigo Ricardo Pignanelli (Secretario General del SMATA) y le pregunte si sabe algo del crecimiento de casos en Volkswagen Pacheco y Toyota Zárate, por ejemplo; en donde en la primera se han registrado más de 300 casos y en la segunda se han visto obligados a producir en un solo turno por el incremento notable de casos.

Está claro que como en éstos, detrás de cada monopolio que sigue produciendo para la exportación y las ganancias (“esenciales” solamente para ellos) hay una clase obrera que es la que produce todo y a la que siguen presionando y exponiéndola sin importarles para nada nuestras vidas.

Porque acá de lo que se trata, más allá de los discursos que preparen y difundan, es campear este momento del sistema capitalista en crisis y que la clase dominante (la burguesía monopolista) se sostenga como tal.

Hoy, por ejemplo, se conoce que el índice de inflación de marzo difundido por el INDEC (con todos los reparos que hemos expresado respecto a esos “dibujos” estadísticos) ya está dando 4,8%, la más alta en lo que va del año. El ministro Martín Guzmán, para no ser menos que el presidente, también miró para el costado y le echó la culpa al Covid y dijo: “hay circunstancias coyunturales que han estado afectando a los precios, incluyendo la inflación en alimentos, que es un problema en el mundo y en particular, en esta pandemia”. Todo es una gran mentira no hay que creerles una sola palabra de lo que dicen.

Inflación galopante, atención de salud cada vez más deteriorada, salarios que apenas rozan los treinta mil pesos y bonos miserables a los jubilados, son un verdadero insulto a la dignidad popular.

(Párrafo aparte y total repudio merece el despliegue de Fuerzas Armadas en el AMBA que ha dispuesto también el presidente ayer con el argumento de “la asistencia sanitaria”).

La burguesía seguirá yendo por su camino y sus necesidades. Pero guarda: el país real no está adormecido. Miremos si no la experiencia que están haciendo los y las trabajadoras hospitalarias en el sur de nuestro país, plantando bandera con sus reclamos no sólo al gobierno, dándole también la espalda a los gremios cómplices y frenando la distribución petrolera cortando los accesos a Vaca Muerta.

Una verdadera experiencia, enseñanza del hoy que debemos considerar muy detenidamente porque está expresando un nuevo piso en la confrontación política y en la organización independiente de la tutela burguesa.

En este contexto, en donde empezamos a ver señales de cambio, de una nueva etapa, hay un punto de vista a la hora de la lucha que nos parece importante recalcar: no les demos respiro, no dejemos que acallen nuestra bronca. Nuestro enemigo de clase está dando muestras de debilidad política, podemos avanzar como clase y como pueblo fortaleciendo focos de resistencia que pongan en primera línea los derechos políticos de todo el pueblo.

Nuestra dignidad no se negocia, la lucha tampoco.

 

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