Dos vidas más que se pierden en pos de los negocios petroleros

El día de ayer se dio a conocer en medios como el Diario Río Negro, la trágica muerte de dos operarios de una empresa privada en una escuela rural a 65 km. de Añelo, el corazón estratégico de Vaca Muerta en Neuquén.

Una docente se preocupó por una fuga de gas y llamó a estos operarios a revisar un calefactor de la escuela, que inminentemente explotó y se cobró dos vidas de aquellos trabajadores; la docente se encuentra internada en terapia intensiva, con quemaduras graves en el hospital Castro Rendón.

La crisis política del gobierno provincial se profundiza segundo a segundo: hace unos días el gobernador Omar Gutiérrez salía a pedir inversiones en Vaca Muerta, vaticinando que “hay que hacer realidad el desarrollo de Vaca Muerta y hay que trabajar para hacerlo ya”; cuál fiel benefactor de los negocios capitalistas, obvia las necesidades de los pueblos y sigue cumpliendo fielmente su fin político, que no es solucionar los problemas en salud, educación o de pobreza, sino seguir profundizando un modelo de producción basado en la destrucción de la naturaleza y la pobreza del pueblo neuquino.

La crueldad a la que el gobierno de los monopolios petroleros somete a la clase trabajadora ha quedado expuesta en la constante destrucción de la infraestructura de la educación y la salud pública, que hoy se cobra dos vidas.

Al gobierno no le importan los trabajadores, sino los negocios, y por eso profundizan el ajuste.

Los despidos de las y los trabajadores auxiliares de educación muestra nuevamente cómo el trabajo es esencial cuando lo necesitan, y descartable cuando no lo necesitan más. Fue tan contundente la organización de este grupo de trabajadores que la ministra de educación tuvo que salir a reconocer el “error administrativo”.

La crueldad y el ajuste también lo han sufrido en carne propia los trabajadores de salud, que dieron una lucha histórica y eminentemente política durante los últimos meses, enfrentando a toda la casta burócrata de los sindicatos y al gobierno de las petroleras, cortando las arterias del negocio multimillonario y poniendo al gobierno del MPN en un brete.

Sin embargo, las intenciones de hacer negocios no terminan, y el gobierno intenta salirse con la suya adquiriendo nueva deuda que tendrá que pagar el pueblo con su sudor. Frente a esa crueldad, la única respuesta que tienen es chicanear a los trabajadores en su conjunto, alimentando la bronca que se siente en el día a día.

Hay algo que nos deja claro el trágico suceso en Aguada San Roque: la explotación petrolera es un negocio de millones para las multinacionales, y para el pueblo es sólo explotación de los recursos naturales, corrupción y pobreza.

Han existido durante los últimos meses un sin fin de denuncias de los trabajadores de salud y educación a las condiciones edilicias de las instituciones y hospitales; la lucha de los Elefantes puso blanco sobre negro las condiciones de vida del pueblo en ese sentido.

 
“Hay que hacer realidad el desarrollo de Vaca Muerta y hay que trabajar para hacerlo ya”, citando nuevamente los deseos del corrupto gobernador: ese desarrollo no contempla a nadie más que a los negocios de los monopolios petroleros. No hay educación. No hay salud. No hay hogares. No hay servicios. Es el desarrollo de una muerte lenta.

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