Molino Cañuelas: ¿fraude o crisis de superproducción?

El jueves pasado se dio a conocer la noticia de que una importantísima empresa agroexportadora, Molino Cañuelas, presentó concurso preventivo de acreedores por una deuda de US$ 1.300 millones. El concurso es todo un escándalo, puesto que se trata de la principal exportadora de harina de trigo. Pero ¿A qué se debe la crisis de este gigante agroexportador?

LA EMPRESA

Empresa tradicional, fundada en la década de 1930 cuyas acciones todavía están en manos de la familia fundadora, los Navilli. Su proceso de expansión trasnacional fue notoriamente tardío. Recién en 1994 compran su primer molino en el exterior, el Molino Americano en Uruguay, ubicado a tan solo 1 km del puerto de Montevideo; en 1999 levantan el puerto de Terminal Las Palmas, estratégicamente ubicado en el margen final de la Hidrovía, desde la cual conecta con sus instalaciones en Montevideo para salir directamente al Atlántico. En 2006 fortalecen su posición en Brasil con Moinho Cañuelas y en 2013 se expanden comercialmente a Chile abriendo oficinas propias. Durante esos años también invirtieron para ganar posiciones en el mercado interno argentino. La “década ganada” la cerraron con la inauguración de una planta de galletitas y congelados en Spegazzini (Bs As), inauguradas el 2014 y 2015 respectivamente. En 2016 adquirieron la unidad de negocios de trigo de Cargil “Trigalia”

Actualmente cuenta con 21 plantas productivas distribuidas en 3 países, la terminal portuaria y la fábrica de envases, ubicada en Cañuelas (Bs As). Según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, durante el 2020 Molinos Cañuelas procesó 1,44 millones de toneladas de trigo pan lo que representa el 23,7% de la molienda nacional. Durante el 2019, según las declaraciones juradas de exportación, acapararon el 41,5% de las exportaciones de harina de trigo y durante el 2020 el 42,87%.[1]

Estamos hablando de un monstruo tanto del mercado interno como de exportación, con un crecimiento pronunciado, sobre todo, durante los últimos 30 años.

LAS CAUSAS DEL DESFALCO

El comunicado que emite Molino Cañuelas contiene una serie de justificaciones, explicando las causales que habrían llevado a convocar el concurso. En realidad, el objetivo es llevar tranquilidad al mercado haciendo especial hincapié en que la compañía continuará con sus operaciones y que no presenta deudas con proveedores, como si sucedía con el grupo Vicentin.[2] La verdad es que buscan separarse de la imagen de Vicentin para evitar que la escalada especulativa termine paralizando completamente el negocio, como sí pasó con esta última, quien dejó de operar por falta de proveedores dispuestos a comerciar con una empresa que estaba entrando en concurso, y en pleno foco de la escena mediática.

Pero no solo del lado de la firma se tiende a minimizar el llamado a concurso. Una nota publicada por La Nación,[3] donde supuestamente consultan a “fuentes del sector”, todas las “declaraciones” (cuyos nombres no están publicados) afirman que no se espera que esto pueda afectar al mercado de granos, como si sucedió con Vicentin. Igual tenor tienen las notas de medios oficialistas como Página12 o Ambito Financiero. Es que hay sectores de la burguesía que se abroquelan frente a lo que podría ser un nuevo escándalo en el sector agroexportador, que está pasando un buen momento frente al movimiento alcista en los precios internacionales de las materias primas. Aquí aplica la frase “no hagamos olas”, los negocios mandan, y una escalada especulativa sería lo que menos necesitan en este momento.

Dentro de los justificativos de la empresa en su comunicado aparecen dos elementos que explican la crisis. En la última década el grupo salió a endeudarse en dólares para aumentar su capacidad productiva, ganar mercados regionales y absorber a sus competidores. Esto lo dicen con palabras más bonitas, está claro. Los préstamos obtenidos para el proceso de expansión debían ser financiados en el mercado bursátil de Buenos Aires y Nueva York, para lo cual la empresa se listó en las respectivas bolsas durante el 2017. Sin embargo, la volatilidad de los mercados financieros existentes, en los preludios de la crisis de superproducción y en plena guerra comercial mundial, llevó a la empresa a posponer primero y desistir después de su intención de cotizar en bolsa. En el comunicado la empresa también acusa como parte de su crisis la devaluación del 50% de la moneda local en ese período de tiempo. Un argumento realmente para chicos, puesto que, si bien tiene un importante segmento de negocios apuntado hacia el mercado interno, estamos hablando del grupo que exporta ¡El 40% de la harina de trigo argentina! La devaluación del peso solo significa una reducción de costos de producción frente a una capitalización directa en dólares. Así que esa no es excusa señores, más bien se trata de un argumento para tratar de “echarle la culpa a Macri” por su desfalco.

Ya en crisis de pago se conformó un Comité de Acreedores, con el cual en marzo del 2019 se había llegado a concertar un principio de acuerdo. El estallido de la crisis mundial –que el grupo atribuye al Covid y a la devaluación de fines de 2019-, y su consecuente disminución en los términos del intercambio comercial internacional, llevaron a que algunas entidades financieras se salieran del Comité e iniciaran acciones judiciales independientes para “forzar” el concurso de acreedores.

Algunas fuentes señalan que los bancos que se salieron del Comité fueron el Banco Macro, quien a principios de año pidió la quiebra de la compañía,[4] el HSBC, el Galicia y el Itaú.[5] Las fuentes periodísticas anuncian que los principales acreedores son el Banco Nación, con cerca de US$ 55 millones; el HSBC con US$ 45 millones; el Galicia con US$ 38,5 millones; el Santander con US$ 36 millones; el Provincia con US$ 34 millones; el BBVA con US$ 25,5 millones; el Rabobank con US$ 15 millones y otro tanto con la International Finance Corporation (IFC), una división de negocios del Banco Mundial. Estos últimos dos constituían los principales acreedores de Vicentin, ligado a su vez a BlackRock.[6]

MAS CRISIS DE SUPERPRODUCCIÓN

La burguesía se esforzó muchísimo para hacer pasar la actual crisis de superproducción como un fenómeno epidemiológico. Actualmente también se esfuerza por ganar tiempo sembrando falsas ilusiones al decir que “lo peor ya pasó” y “estamos saliendo”. Sin embargo, este tipo de quiebres empresariales se siguen sucediendo y son la cabal demostración de que la crisis internacional de superproducción todavía no ha finalizado.

El caso Molino Cañuelas es prácticamente idéntico al de Vicentin, por más que pretendan ocultarlo: una gran deuda con bancos estatales, que fueron utilizados para apalancar la empresa, que ésta pueda sanear deuda, transfiriéndola de los bancos privados a los estatales; deuda contraída por un crecimiento desmedido en los planes de ampliación del capital ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que para salir a ganar mercados y absorber compañías no recurrió a fondos propios, sino externos. Pero una vez ampliado el capital, es decir, aumentada la capacidad productiva de la empresa, se encontraron con que el mercado no podía absorber toda esa producción. La crisis de superproducción, en este caso, no explota por el lado de la demanda de harina, sino por la dificultad de capitalizar la deuda financiera, pero la base, el origen de esa deuda, está dado en la ampliación sobreestimada del capital productivo.

Pero además la crisis de Molino Cañuelas agrega una nueva empresa a toda una serie de quiebras que se vienen dando y madurando desde el año 2018, cuando la crisis mundial estaba a punto caramelo. Esta ampliación de capital es idéntica a la del grupo Vicentin, quien a pesar de tener los negocios viento en popa, cada día se endeudaba más y más en la búsqueda de ampliar mercados (hasta que, a mediados de 2019, frente al cambio de gobierno, empezó a vaciar de activos la empresa). Lo mismo sucedió con las firmas BLD y la corredora de granos Sebastián Grimaldi SA. El caso de la recientemente quebrada -¡y rescatada!- IMPSA es muy similar: adquirió deuda para encarar negocios en Venezuela y Brasil que no terminaron en buen puerto.[7] Desde ese punto de vista, este nuevo desfalco es causa y consecuencia de la crisis de superproducción mundial, y por lo tanto, se asemeja tanto a Vicentin como a IMPSA.

La familia Navilli, el sector agroexportador y los medios de comunicación no quieren hacer olas del asunto para que no pase lo mismo que con Vicentin y evitar que se vea afectado el mercado. El gobierno por su parte aprendió la lección, y si sale a rescatar a Molino Cañuelas lo hará calladito la boca, sin tanta alusión a “nacionalizaciones” que nunca suceden.

Pero una cosa es no hacer olas del asunto y otra muy diferente, no querer sacar tajada. Por eso un grupo de acreedores pusieron pie en el acelerador para apretar a Molino Cañuelas a que presente concurso preventivo: porque en plena crisis de superproducción, los tiempos apremian señores, y todos necesitamos liquidez para solventar deudas y maximizar ganancias… más que nunca. En las crisis la competencia capitalista se agudiza, se acelera, y los acuerdos firmados en 2019 que podían resultar muy convenientes para las partes, hoy, a septiembre del 2021 con una crisis que se agudiza, ya no lo son. Eso explica también las lamentables declaraciones de Ignacio Noel, el capo de Morixe, una de las principales competidoras de Molino Cañuelas, quien en un ataque de demagogia salió a declarar por Twitter que “Morixe está a disposición del mercado para abastecer todo lo que se necesite con Calidad y Precio Accesible como lo viene haciendo desde 1901” ¡La verdad que da risa, por no decir bronca, por ver como estos sátrapas hacen negocios con la alimentación de millares de personas!

Cuando decimos que la crisis de superproducción continúa, nos referimos a este tipo de episodios de disputa monopolista y concentración económica. Sin lugar a dudas la burguesía intentará utilizar la situación para flexibilizar a las y los trabajadores de Molino Cañuelas, por eso queremos dejar algo en claro: la capacidad productiva de una empresa como ésta no queda ociosa, no desaparece, al igual que con Vicentin.

No se puede suprimir la fabricación de alimentos, o la exportación del 40% de la harina de trigo. Se trata de sectores muy estratégicos. Lo que si puede suceder es que nuevos grupos económicos se apropien de ese capital, que se lo disputen en una nueva vuelta de rosca en el proceso de concentración capitalista.


[1] Para el 2020 de las 240.638 toneladas exportadas solo   59.973 lo hicieron bajo la firma Molinos Cañuelas SACIFIA, el resto salió declarado por Molinos Florencia SA, situación inversa a la observada durante 2019, donde la mayor parte de la producción figura bajo declaración del grupo controlante.

[2] Que las principales deudas de Vicentin eran con proveedores es algo que levantaron los medios de comunicación y que oportunamente salimos a desmentir (24 horas después de anunciada la intervención por parte de Alberto Fernandez). Para más información del caso ver: https://prtarg.com.ar/wp-content/uploads/2020/07/Informe-deuda-vicentin.pdf

[3] https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/molino-canuelas-como-sigue-en-un-rubro-donde-lidera-y-por-que-no-es-el-mismo-caso-que-vicentin-nid02092021/

[4] https://www.baenegocios.com/agroindustria/Dolar-y-bancos-las-razones-detras-del-pedido-de-concurso-de-la-alimenticia-Molinos-Canuelas-20210902-0036.html

[5] https://www.telam.com.ar/notas/202109/567299-industria-molinera-la-situacion-es-totalmente-diferente-al-caso-vicentin.html

[6] No hemos accedido al listado completo de los acreedores y sus montos. Las fuentes utilizadas son periodísticas: https://www.clarin.com/economia/crisis-molino-canuelas-principales-acreedores_0_LSmratuWe.html y https://www.world-today-news.com/one-of-the-largest-flour-factories-in-the-country-is-from-buenos-aires-and-could-be-expropriated/

[7] Ver nuestra nota: https://prtarg.com.ar/2021/05/29/estatizacion-de-impsa-soberania-nacional-o-mas-deuda-publica/

Compartí este artículo