A continuación, reflejamos la emisión de Leliq (Letras de Liquidación) efectuada por el Banco Central hasta el 9 de diciembre de 2021.
Emisión en $ al 9/12/21(1) |
24.808.346.413.379 |
Dólar | 107 |
Deuda total U$S 2021 | 231.853.704.798 |
Int. a pagar en $ 2021 | 1.300.000.000.000 |
Dólar | 107 |
Int. a pagar en U$S 2021 | 12.149.532.710 |
(1) Datos del BCRA (http://www.bcra.gov.ar/PublicacionesEstadisticas/Historial-Leliq.asp)
Las Leliq son instrumentos que el Banco Central utiliza para sacar pesos del mercado. Cada mes realiza varias licitaciones en las que ofrece a los bancos esos instrumentos a cambio de pesos, tomando deuda con los mismos.
El interés que paga por esos préstamos que le realizan los bancos es del 38% anual. Una primera conclusión sería que ese interés está muy por debajo de la inflación, lo cual es cierto.
Sin embargo, si esa deuda en pesos se divide al precio oficial del dólar ($ 107 al 13/12/21) da como resultado las cifras que se muestran en el cuadro; si se tomara el precio del dólar paralelo (mucho más real que el precio del dólar oficial) esa deuda en dólares se reduciría a casi la mitad.
Si los 1,3 billones de pesos que se pagarán de intereses este año se los divide por 200, la suma en dólares sería de 6.500.000.000. Entonces la verdadera conclusión es que, si bien se paga una tasa de interés negativa respecto de la inflación, al estar el precio del dólar muy por detrás de la misma la deuda en dólares termina siendo más abultada. De allí que la banca siga prestando al Estado a una tasa del 38%, ya que ese mismo Estado mantiene el precio del dólar muy por debajo de la inflación, lo que resulta un multimillonario negocio para los bancos.
Cuando se leen declaraciones de los principales directivos de las multinacionales respecto a que el precio del dólar oficial es “un buen precio”, se refieren a que el Estado no sólo les garantiza un dólar bajo para importar insumos indispensables para la producción, sino que también les garantiza un monumental retorno para sus negocios financieros. Porque no se debe olvidar que la fusión entre el capital industrial y el capital bancario es una de las características principales de la fase imperialista del capitalismo.
Muchos son los cálculos que se pueden realizar para comparar lo que se podría hacer con esos recursos que el Estado pone a disposición de la oligarquía financiera. Lo que da la certera confirmación de cómo el Estado de los monopolios dispone de los recursos sociales en beneficio exclusivo de dichos monopolios, esté gobernando Macri o Alberto Fernández. Durante el anterior gobierno el nombre de las letras era “Lebac”, pero la operatoria y la consiguiente apropiación era exactamente la misma.
La monumental deuda que refleja el cuadro con los bancos es otro de los mecanismos que el capital monopolista utiliza para utilizar el endeudamiento como transferencia permanente de los tributos que caen sobre las espaldas de la clase obrera y el pueblo. Esto también condiciona y/o determina las políticas económicas sin que exista ningún organismo foráneo que lo esté garantizando.
Es el carácter monopolista del Estado que se refleja en cada sector donde se ponga la lupa; es la constatación del intrínseco funcionamiento del modo de producción capitalista a la hora de apropiarse de la plusvalía social, gobierne quien gobierne.
Es entonces ilusorio, mentiroso y hasta cínico sostener que dentro del sistema sea posible torcer el camino del endeudamiento y del sometimiento a los dictados de la oligarquía financiera. Valga nada más reflejar que en 2021 se contrajo una deuda con los bancos de 230.000 millones de dólares, más de cuatro veces la deuda con el FMI.
Esa deuda y esa apropiación es la que se paga y se sufre cotidianamente en cada hogar del pueblo argentino.