En el día de ayer en Chubut fue aprobada la nueva ley de “Zonificación Minera” impulsada por el lobby de las grandes mineras (entre las cuales está la Pan American Silver, por ejemplo) con la complicidad de la legislatura provincial y las fuerzas represivas.
Las mismas que no titubearon en reprimir ferozmente las masivas manifestaciones que se dieron en toda la provincia, ya que hace 20 años que el pueblo chubutense viene luchando en las calles y con asambleas populares en casi todas las ciudades.
Las y los diputados salieron por la puerta trasera de la legislatura “con la cola entre las patas” por la manifestación, cubiertos por las fuerzas represivas que, con gases lacrimógenos, balas de goma, golpes y capturas, se abrieron paso violentamente.
No está demás mencionar que esta vez el gobierno de los monopolios también llamó a la movilización de las corporaciones sindicales empresariales de la UOCRA, Camioneros y Petroleros para intentar contrarrestar con sus aparatos la bronca popular por la aprobación de la ley. Cordones policiales impedían el paso de los manifestantes mientras custodiaban el paso de estos sindicatos.
Una vez más, la triple alianza de gobierno, empresas y sindicatos se hacía presente en defensa de los intereses de la clase burguesa. Sobra cualquier comentario.
Respecto al “problema minero” no está de más dar una explicación, ahondaremos un poco en ello.
Las mineras quieren extraer a bajo costo los recursos naturales de la provincia, sin importar nada más que los negocios. Y el gobierno provincial después de varios intentos, instaló la nueva ley que le permitirá “zonificar” territorio para la explotación de los monopolios mineros y continuar así el saqueo y la depredación natural.
Diversas ciudades de Chubut tienen enormes problemas con el abastecimiento de agua, y se sabe por datos brindados desde las asambleas del norte cómo Catamarca, que utilizan unos 9 millones de litros de agua dulce diarios para la extracción de metales preciosos y otros recursos. Esa agua queda contaminada y almacenada en piletones que se filtran destruyendo la tierra, el aire y también el agua.
Si bien durante dos décadas la masividad del pueblo supo contener los intentos del gobierno para impulsar la megaminería, hoy en contra de la voluntad popular, el gobierno del peronista Arcioni aprobó una ley que pone en jaque el futuro de la provincia. Lo hace con la promesa típica de “puestos de trabajo”, “progreso” y otros sarasas que nada tienen que ver con la realidad objetiva.
También el hostigamiento a las comunidades originarias en la Patagonia está profundamente enraizada al problema de estos negocios: saqueo de recursos naturales tanto de esta industria como de los proyectos inmobiliarios y forestales. La represión en la zona sur de Río Negro a las comunidades se ha intensificado en los últimos años y se debe precisamente a la necesidad de llevar adelante estos negocios.
Ya hay varias experiencias en nuestro pueblo sobre lo que producen los proyectos mineros, cómo la contaminación del Río Jáchal y todo el Desaguadero. O inclusive en Vaca Muerta, con la explosión de un oleoducto que desparramó 3 millones de litros de petróleo sobre suelo rionegrino.
Frente a la movilización en Chubut luego de la represión, no tardaron en llegar la solidaridad de trabajadores y trabajadoras de todo el país, y de organizaciones asamblearias que vieron este hecho cómo un atropello terrible que debe ser repudiado.
La lucha por la defensa del ambiente y contra los proyectos de las corporaciones mineras debe enraizarse en un proyecto de la clase obrera y el pueblo por el socialismo y la lucha por el poder.
El capitalismo no puede ni quiere resolver los problemas en los que está sumergido nuestro pueblo. De hecho, con éste tipo de políticas lo único que hacen es profundizar la miseria y la destrucción.