En noviembre del año pasado el personal de planta de Acindar, luego de una semana de asambleas con parada de equipos en los diferentes sectores, acordó una suma única de $ 30.000 que, además, ante la exigencia de que no se blanquee porque entre el Impuesto al Trabajo y los descuentos de ley se llevaba la mitad, le encontraron la vuelta poniéndola en una tarjeta, para poder recibir el monto completo.
A partir de allí, los trabajadores de empresas contratistas de la misma planta, comenzaron sus reclamos para que extendiera a ellos el mismo beneficio, ya que el contexto de inflación y las míseras sumas atrasadas firmadas en paritarias por la UOM nacional, no solamente son una miseria, sino que además se verían en el recibo de sueldo en enero.
Por lo que comenzaron su propio plan de lucha (como siempre, el gremio haciéndole el juego a las empresas, separando, dividiendo, las luchas entre propios y contratistas, como si no fuéramos todos trabajadores de una sola empresa, el monopolio, en este caso Acindar). Con el agravante que dejaron afuera a pequeñas empresas que no están encuadradas en la UOM (ejemplo: empleados del comedor, que son gastronómicos) o los compañeros que están en UOCRA (que a fin de año hicieron su propia lucha, cortando el acceso a planta, haciendo piquetes, hasta conseguir que se los incluya en el bono y un re encuadre sindical).
Producto de asambleas con retención de tareas en los diferentes sectores y de las diferentes empresas terciarizadas, se acordó el pago de un bono de $25.000 a pagarse en diciembre.
Pero claro, la empresa no quería ceder porque sí, y empezó a demorar el pago, ensuciando la cancha, mezclando este pago con la negociación de un bono anual, ya establecido históricamente.
Pero la clase obrera no está dispuesta a esperar y sabe cuándo golpear.
Arovechando las paradas de reparación anuales, en el medio de las mismas, cuando todos los quipos están desarmados o por desarmar, les clavaron un paro de 24 horas, para que se haga efectivo el pago sin ningún tipo de restricciones.
Tal es la necesidad y lo justo del momento del golpe que, al mediodía, Secretaria de Trabajo mediante, ya estaba resuelto el pago para el próximo lunes y 15 días más para seguir negociando por el bono.
Está claro cuál es el camino y el único lenguaje que los monopolios entienden.
Esta es la herramienta más efectiva que tenemos las y los trabajadores. Golpear en el corazón de la producción, en unidad y decisión, incluso contra la decisión de las burocracias de dividirnos según el color de la camiseta.
Un camino que tenemos que seguir transitando, pero con pasos firmes y sobre estas conquistas es que forjaremos ese camino de unidad.