La acción “disuasoria” en una escalada de amenazas es en sí mismo un gran negocio para la industria militar y todo lo que ello conlleva.
El 19 de enero, EEUU envió 600 millones de dólares en armamento “defensivo”. En el año 2020 Ucrania dedicó 5.924 millones de dólares en gastos militares y Rusia 61.712. En el último año Rusia dedicó el 4,3% de su PBI y Ucrania un 4.1% del suyo.
La Unión Europea no escatima en gastos militares a favor de Ucrania. Por estos días el apoyo dado en armas “defensivas” no le va en zaga al propio EEUU.
El negocio del gas
No podemos soslayar en este contexto de esclada militar el negocio del gas que envuelve a toda la región y es aquí en donde las contradicciones a cada lado de las fronteras adquieren una agudeza llamativa.
Solo en este año más de doce embarcaciones que se dirigían hacia China para abastecer de gas licuado a ese país, pegaron la vuelta hacia Europa, países que están pagando cifras siderales por ese recurso.
El 18 de enero la ministra de exteriores de Alemania declaró que no va a tolerar la presión rusa por el abastecimiento del preciado gas. Recordemos que el gasoducto Nord Stream 2 une Rusia con Alemania por el mar Báltico. Actualmente su certificación está “en proceso” en manos del gobierno alemán.
El negocio de la guerra interimperialista
El 3.8% del PBI de Ucrania viene de lo que le cobra a Rusia por el tránsito de gas hacia Europa. Con el nuevo gasoducto Rusia evitaría Ucrania y con ello parte de muy viejos negociados se desvanecerían.
Hay intereses compartidos entre Rusia y Europa en el tema energético: actualmente el 40% del gas se importa de la tierra de Putin.
Pero es muy curioso ver los personajes que estuvieron detrás de esta faraónica obra el Nord Strean 2.
El ex canciller alemán Schroder se convirtió de la noche a la mañana en asesor de Gazpron (gigantesca empresa de gas del Estado ruso), un jugoso negocio de 55.000 millones de metros cúbicos de gas a Europa a través de 2.460 Km. desde Rusia, trayecto unido por dos localidades pequeñas (una en Alemania y otra en Rusia).
En el gran negocio acuden Gazpron, la francesa Engie, la austríaca OMV, la Holandesa Shell, las alemanas Winteshall DEA, Uniper y otras 100 empresas más son parte del arco monopólico en danza.
Lo que está en disputa es el gas licuado proveniente de EEUU y sus empresas monopólicas que han sancionado a las empresas monopolistas participantes del gran gasoducto.
Países de Europa como Polonia y Eslovaquia (entre otros) que reciben grandes regalías por el paso actual del gas ruso se quedarían sin ello. Recordemos que estos países aducen que no están dispuestos “ser rehenes” del gas ruso, aunque lleven décadas dependiendo de él.
Nord Stream 2 en cambio es apoyado por países de la Unión Europea como Austria, Francia, países bajos y la propia Alemania, aduciendo que el mismo no afecta la independencia política y no crea dependencia de Rusia.
Este gasoducto daría un gran impulso a nuevos gasoductos rusos como es el caso del que va hacia Turquía (TurkStream) o a la propia China, acuerdo estratégico con Rusia con el gasoducto Fuerza de Siberia, ambos ya estrenados y que reavivan las tensiones en el planeta. No menos importante es el gas ruso a través de su empresa Novatek por la ruta del norte a Japón.
La guerra y el gas, una hipocresía a gran escala: NOVATEC
Novatec, empresa rusa cuyo propietario es Leonid Michelson, es la segunda productora después de Gazpron. Exporta gas licuado al igual que lo hace EEUU.
Rusia y Novatec impulsan la exportación de este producto para diversificar el papel de Gazpron que lo hace desde oleoductos. Cabe destacar que este “señor” Leonid es el hombre más rico de Rusia.
Novatek explota gas licuado y posee el 60% de las acciones. Otras acciones están en manos de de la francesa Total e inversionistas chinos.
Esta introducción no sorprendería al mundo de los negocios si la misma no estuviese atada a la exportación de gas licuado al mismísimo EEUU a través de un intermediario francés.
Mientras EEUU torpedea el Nord Esteam 2 es comprador de gas licuado proveniente de Rusia y cuyo destino es la propia Europa.
Estas son las contradicciones intermonopolistas, parte de la crisis política de la burguesía en donde los grandes negociados están enmarañados y sus fronteras desdibujadas, así como lo están las “prometidas” guerras militares que son parte de todo ese entramado.
Las guerras tienen que ver con los intereses y contradicciones intermonopolistas y ésta no sería la excepción.
Pero debemos notar que detrás de este escenario se suceden las luchas de los pueblos por los derechos políticos.
Hay que reflexionar sobre lo sucedido en el 2021 en cada país interviniente en el conflicto Ucrania-Rusia. Donde los pueblos en Rusia, Austria, Alemania, Francia, EEUU, los países del Báltico, y en países del este europeo no han dejado de movilizarse por su dignidad.