Mientras “nuestro” presidente hizo “migas” con China y Rusia tras haber acordado con el FMI, este “superhombre” “muy escuchado por el mundo”, como así hizo alarde el ministro Cafiero, se subordinó al orden mundial enmarañado en una profunda crisis política y en donde las bases del capitalismo monopolista y el papel de la oligarquía financiera a nivel planetario reafirman las tesis leninistas sobre el imperialismo.
La gran marcha, y a la vez acelerada destrucción, de fuerzas productivas conllevan inevitablemente a un aceleramiento de guerras intermonopolistas, ola de “fusiones”, literal desaparición de empresas, grandes e ingentes capitales absorben con voracidad inusitada a los “débiles” del mercado.
La crisis del sistema capitalista se expande, se globaliza y la puja no se detiene, algo que “nuestro” presidente y su comitiva intentan suavizar para calmar las aguas dentro del país y de su propio gobierno.
Sr. Presidente: usted debe saber que los grandes bancos y fondos de inversión de Wall Street se dirigen a China. ¿Por qué? Porque el mercado de capitales se ha desregularizado totalmente por el gobierno “comunista”. El J.P. Morgan se transformó en el primer fondo mutual 100% extranjero del mercado de capitales de China y Goldman Sachs en alianza con ICBC uno de los cuatro bancos estatales chinos con 6.6 billones de capitalización y más de 740 millones de usuarios se ha convertido después de EEUU en el mayor protagonista de los mercados mundiales.
Hasta noviembre del 2021 el comercio bilateral entre EEUU y China alcanzó los 682.320 millones de dólares récord histórico absoluto. Un ascenso del 30.2%.
Un dato llamativo de este comercio es la compra de gas licuado norteamericano por parte de Sinopec principal empresa petrolera China. Por 20 años son 4 millones de toneladas por año, jamás hubo un contrato de tal magnitud en LNG.
120.000 millones de dólares ingresaron para la compra de bonos y acciones de las empresas que cotizan en Shanghai, la mayoría proveniente de EEUU. Desde el último trimestre del 2020 las inversiones de capital aumentaron 7 veces.
El oro de California.
Los grandes de Wall Street han hecho pie en China, la meca del mundo del capital financiero, mientras nuestros distraídos protagonistas del viaje ruso-chino nos anuncian con bombos y platillos que es necesario abrirse al mundo, “no depender” de EEUU y el FMI, cuando los mismos Putin y Xi Jinping le dijeron a nuestro presidente que al FMI se lo debe respetar; el presidente acercó sus orejas para escuchar mejor los consejos pero en cambio le dieron un tirón de orejas.
Si el capital financiero está en guerra intermonopolista en todo el mundo no es justamente por razones “étnicas”, “religiosas” “fronterizas” como vemos, en el caso de los capitales que se dirigen de Wall Street a Shanghai profundizan los procesos de concentración económica y centralización de capitales a nivel planetario y es aquí en donde desaparecen “las fronteras”, los negocios del capital financiero, monopolista, se abren paso con la violencia que el mercado de hoy necesita. Nos espera un 2022 muy violento.
“Nuestro” presidente quiso copiar a Perón de los años ‘70 cuando el mundo era otro y nuestro pueblo era otro.
En aquellos años popularmente se corría la voz que los capitales japoneses se iban a radicar en nuestro país y esas inversiones directas en competencia con EEUU iban a equilibrar el poder de fuego de la prepotencia norteamericana. Resultados a la vista, ni los capitales japoneses vinieron ni EEUU se ofendió, por el contrario, el capital financiero se fue consolidando y los procesos de concentración jamás se detuvieron.
Este presidente es una mala copia, está en el lugar equivocado y en el momento equivocado. El capital financiero mundial entra en China por la puerta grande y la disputa es en ese escenario, no es un capital financiero que viene a salvar a la humanidad, es un capital financiero que dirime sus batallas a sangre y fuego en un escenario más concentrado y más violento, son esos capitales los que deciden las políticas de sus políticos subordinados al descalabro mundial.
Sr. presidente su mala copia (comedia) de los ‘70 sólo puede engañar a un iluso y sano corazón, pero la vida real y el resultado de sus viajes será el reafirmar la política contra el pueblo a favor de uno u otro capital financiero en disputa sea el escenario en Wall Street o en el propio Shanghai.