El 25 de julio del 2020, en pocos meses se cumplirán dos años de este “célebre” pensamiento pronunciado por Alberto Fernandez al diario británico Financial Times:
“se necesita en el mundo un capitalismo como el de Henry Ford que mostraba más solidaridad porque creaba empleo, producía y generaba inversión”
Nuestro presidente se olvidó quien era Henry Ford, solo destacar en esa figura de cómo este “señor” íntimo amigo de Adolf Hitler fue quien diseñó una parte importante del aparato industrial-militar del Nazismo antes y durante la guerra. Sus discípulos en nuestro país siguiendo los postulados de Henry Ford fueron los miembros de la Junta Militar que hicieron desaparecer compañeros de nuestra planta.
Nuestro presidente parece no saber que la riqueza de este monopolio transnacional fue generada por centenares de miles de obreros de Ford en el mundo entero y por varias generaciones.
Ese “olvido” lo lleva a agradecer el anuncio hecho en diciembre del 2020 cuando el presidente de Ford anunciaba una inversión de 580 millones de dólares para producir la nueva generación de la Ranger en Argentina.
Han pasado estos anuncios y ha quedado en nuestra memoria que la empresa hizo una “inversión”: pandemia de por medio y crisis de por medio, nuestra planta produjo, o sea, nosotros produjimos riqueza en medio de la anarquía a la que nos tienen acostumbrados los dueños del poder, los monopolios como Ford y la variante de gobiernos subordinados a estos señores.
Nos mienten unos y otros, ¡ellos no invierten!, todo lo han hecho con nuestro esfuerzo cuando de hecho nuestro poder de compra se ha deteriorado sensiblemente y las riquezas producidas por nosotros fueron dirigidas a “inversiones” que exigen reformas laborales , en efecto con el concurso del SMATA, parte activa del empresariado automotriz.
El gobierno, bajo el mandato de las automotrices ha elevado notablemente los subsidios a estas empresas a la vez que constantemente le amplían los derechos de exportación de capitales los mismos que se dirigen al mejor postor del mundo y en cualquier rama productiva, comercial o financiera. Después vienen y dicen que es inversión.
Del lado de quienes generamos la riqueza de Ford nos queda resistir la reforma laboral que nos quieren imponer, lo intentarán con leyes o sin leyes. Resistir en un nuevo peldaño, ello quiere decir que en cada sector en nuestras reuniones para producir no permitamos que avancen en sus planes de ajuste. Hacer debates en el sector y con ello oponer resistencia, organizar la charla, abrir el debate del nuevo saqueo al que estamos expuestos. Saber que lo que intentan es quitarnos la vida en vida, alejarnos de nuestros seres queridos a cambio de un salario que se viene degradando aunque en el recibo las cifras aparezcan grandes y elocuentes. Estas políticas afectan a nuestros seres queridos que de una u otra forma los vemos trabajar miserablemente o nuestros viejos con jubilaciones degradantes. Nos cabe a los obreros de Ford asumir la responsabilidad de clase para frenar ésta ofensiva que siempre recaerá sobre las espaldas de los trabajadores y trabajadoras. Resistir desde abajo, organizando desde abajo.