La frase entrecomillada ha sido pintada en múltiples lugares de la ciudad de Rosario.
En ella se sintetizan dos de los fenómenos más visibles que se sufren por esos lugares y que el Estado no puede esconder.
Lo del plomo, claramente alude a la cantidad de más de 172 asesinatos que ha habido en lo que va del año, producto del narcotráfico que llegó de la mano de la burguesía financiera y fue esparcido en las barriadas populares con el indisimulado objetivo de obtener ganancias “extras” por vía de negocios “ilegales” regenteados, además, por el aparato judicial, político, policial y fuerzas de seguridad.
Esta vieja y renovada táctica de los dueños del capital ha sido instrumentada por los imperialistas a lo largo del tiempo, siendo uno de los puntos emblemáticos de origen las dos guerras del opio (1839 y 1856) cuando el imperio británico introdujo en China esa droga.
La promoción del consumo de drogas es instrumentada sutilmente (y no tanto) por el propio sistema, no sólo con un fin pecuniario inmediato sino, también, para facilitar la súper explotación de la fuerza de trabajo, principalmente joven, en los centros fabriles y de aquietar los ánimos de la juventud y sectores marginados del sistema que buscan la forma de resolver el hambre, la miseria, la falta de futuro y todo lo que estas situaciones conllevan.
El otro tema al que alude la frase, es el humo proveniente de los periódicos y constantes incendios en las islas del delta del Paraná, que afecta a decenas de localidades costeras de una y otra margen, ocasionando enfermedades respiratorias, alergias, etc. a la población, matanza y fuga de animales, masacre de la flora natural, y muertes por invisibilidad provocada en las rutas a consecuencia de accidentes automovilísticos (hubo dos hechos fatales en la autopista Rosario Buenos Aires a causa de la mezcla de humo y niebla).
Sobre el particular, hay que decir que, en las islas, la única actividad económica existente es la ganadería. La quema de pastizales es una práctica ancestral que se realiza en época invernal para que en el verano haya pastos tiernos. Pero no es lo mismo hacerlo en la pequeña producción campesina que en la gran producción industrial agraria. Y allí están las consecuencias. A los ganaderos y a los Estados (provinciales y nacional) poco y nada les importa la vida humana y la de las especies vegetales y animales en los humedales esenciales para el país y el planeta.
Lo descrito es sólo una muestra más de lo terrible que resulta el sostenimiento de la propiedad privada capitalista que busca la ganancia por cualquier medio sea éste el narcotráfico, la disminución de costos a fuerza de la destrucción de vidas humanas y el ecocidio. Pero hay muchas formas de matar…
También se mata en cuotas a los jubilados con un ingreso de $ 37.500 mensuales luego de una vida de trabajo y aportes a la caja que maneja el Estado que dispone de los fondos reunidos por el conjunto de trabajadores en ejercicio para destinarlos, como si fueran capitales en dinero, para subsidios a empresas, pagos de acreencias estatales hacia monopolios varios, y otros menesteres económicos que constituyen resortes del sistema capitalista.
Se asesina también, a largo plazo (y no tanto), generalizando los ingresos medios de trabajadores muy por debajo de la canasta básica que sólo incluye alimentos y algunos medios de vida que cubren necesidades menos que elementales para la mal subsistencia. Fomentando el infanticidio mediante la negación de alimentos y otros medios de vida a cientos de miles de criaturas que viven en las peores condiciones que pudiéramos imaginar… Y todo esto, en virtud de priorizar la acumulación de capital de un puñado de monopolios que dirigen el destino de todo el país.
La otra cara de la moneda, la expresan la clase obrera y sectores populares que resisten a esta vorágine de súper explotación vandálica del capital monopolista.
Son varias las puntas que surgen elevándose de una aparente llanura, que no es tal, y que son las causantes de vacilaciones, diferencias y grietas, cambios de funcionarios, y generalización de crisis políticas en la conducción gubernamental en los tres niveles: nacional, provincial y comunal.
En la ciudad de Rosario están en pie de lucha las y los trabajadores portuarios, docentes, médicos, empleados estatales, de las líneas aéreas, algunos de los cuales, se están expresando a nivel nacional sumándose a otros sectores de trabajadores y trabajadoras que vienen luchando, profundizando y generalizando sus demandas de mejores condiciones de vida. Hoy mismo está planteada una marcha en protesta por el humo, la falta de seguridad y las condiciones de vida.
La presión social sobre estos vastos problemas, produce sus efectos. En la fecha se ha conocido la remoción del ministro provincial de seguridad y de la jefa de policía. Hay grandes discusiones entre los gobiernos de Entre Ríos y el de Santa Fe a causa de los incendios. El ministro de medio ambiente de la nación fue repudiado ayer. El clima social por la situación de los trabajadores mueve el avispero y perjudica los intentos del gobierno de Fernández, Kirchner, Massa de convocar al “diálogo” entre CGT y empresariado para orquestar otro intento de engaño. En suma, un clima que aumenta la temperatura y complica la paz que requiere el juego a favor de los monopolios
Sólo la confrontación y el combate a los planes Estatales de los gobiernos de turno, regenteado por cualquier fuerza política surgida de la institución electoral, puede poner a la clase obrera y sectores populares oprimidos en condiciones de hacer retroceder a la burguesía monopolista en sus planes de súper explotación y miseria, y frenar así, su vocación de matar.