Ayer se llevó a cabo un paro de 24 hs. impulsado por la Unión de Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA) y la Federación Marítima Portuaria y de La Industria Naval de La República Argentina (FeMPINRA), lo cual paralizó los puertos de San Nicolás, Puerto San Martín y Timbúes, denominación genérica de los 23 puertos cerealeros extendidos en una distancia de 106 kms. desde la primera localidad hasta la última de las nombradas.
Los voceros sindicales aseguran que el paro se realiza por el agobio que significa para los trabajadores el descuento del impuesto a las ganancias y en contra del decreto “macrista” 870/2018, que establece el llamado a una licitación pública internacional para la unificación de las terminales 1,2,3,4 y 5 de Buenos Aires en un solo puerto.
El viernes, dentro de ese plan de “lucha sindical” está previsto otro paro por 24 hs. para los puertos de Buenos Aires, Dock Sud y el corredor Zárate Campana. El viernes, la medida continuará prolongándose por varias semanas según manifestaron los popes sindicales de URGARA, Pablo Palacio, y de FEMPINRA, Juan Carlos Schmid y, según se informa, no operaría la conciliación obligatoria debido a que esa herramienta se agotó luego de dos períodos de negociaciones y sin acuerdo.
Dos caras antagónicas en el conflicto que se muestra como de un mismo interés obrero
Actualmente, las terminales 1,2,3,4 y 5 del puerto de Buenos Aires están explotadas por un consorcio integrado por BOLSA DE CEREALES DE BUENOS AIRES, el CENTRO DE ACOPIADORES DE CEREALES, el CENTRO DE CORREDORES Y COMISIONISTAS DE CEREALES DE BUENOS AIRES, la CONFEDERACIÓN INTERCOOPERATIVA AGROPECUARIA COOPERATIVA LIMITADA, CONFEDERACIONES RURALES ARGENTINAS, la SOCIEDAD RURAL ARGENTINA, la SOCIEDAD ANÓNIMA GENARO GARCIA, LA PLATA CEREAL CO. S.A.C.I.A.F. e l., el MERCADO A TERMINO DE BUENOS AIRES y TAGSA, TRANSPORTADORA Y ALMACENADORA A GRANEL S.A.C. y F.
Sin embargo, la concesión ha caducado totalmente en todos los plazos parciales que se le dio a cada terminal, los cuales habían sido unificados para que vencieran al mismo tiempo. El mencionado decreto prevé un solo puerto (Puerto Nuevo) y la eliminación de las cinco terminales. Se está en fecha para decidir tal cosa.
Como se verá, el mencionado consorcio, explotador de mano de obra de los obreros portuarios y camioneros que no tienen lugar para descansar y carecen de servicios sanitarios cuando deben hacer enormes colas de decenas de kms. y varios días para descargar sus mercancías en los puertos, no ha sido cuestionado por estos sindicatos que no han participado, y por el contrario, han enfrentado las luchas de los aceiteros por el salario mínimo, vital y móvil conquistado a fuerza de paros por tiempo indeterminado con todo el sacrificio que ello significa. Tampoco se manifestaron con la lucha de los portuarios de Rosario que se llevó a cabo entre los meses de agosto y diciembre el año pasado, de la que dejamos testimonio en esta página.
El mencionado consorcio agrupa a todas las empresas “dueñas” del comercio de granos del país, lo cual deja ver claramente que detrás de la “lucha sindical” aparece una pelea intermonopolista por quedarse con la exclusividad del ingreso y egreso de granos y subproductos, amén de las importaciones y exportaciones de productos industriales que egresan e ingresan por el puerto de Buenos Aires, incluido el control de la hidrovía a Paraguay.
Pero, como ocurre siempre, los popes sindicales al servicio del actual consorcio que explota los puertos, se paran desde los intereses de los trabajadores para ocultar el “favor” que les hacen a los patrones.
Pero he aquí el talón de Aquiles de la movida.
Los trabajadores portuarios con su descontento, su presión sorda y en el marco del ánimo creciente que muestra la clase obrera y trabajadores de diversas ramas y puntos del país con paros y distintas medidas de fuerza, introducen sus verdaderas demandas a través de las grietas que presentan las contradicciones en las que se ven envueltos los intereses monopolistas y de sus servidores sindicales, quienes se ven obligados a levantar el rechazo al impuesto al salario denunciando que “el salario no es ganancia”, consigna que levantara nuestro Partido desde los orígenes de la medida gubernamental que lo estableció para las categorías de trabajadores rasos, es decir, por fuera de los descuentos que se les hacía a los funcionarios y gerentes de las empresas.
A estos señores, les recordamos que quien juega con fuego termina quemándose, porque el agitar el reclamo en contra del impuesto al salario, contribuyen a que se generalice esa demanda cada vez más entre los trabajadores que van unificando sus reclamos salariales contra todo recorte de los ingresos que se hace desde el Estado y desde las empresas y por aumentos reales en sus remuneraciones.
En este caso, como en otros, además de denunciar la jugada monopolista y de los sindicatos, apoyamos decididamente la demanda de los trabajadores en contra del impuesto al salario, y la defensa de los puestos de trabajo que pudieran querer recortar en ocasión de esta modificación en la concesión del puerto de Buenos Aires.