Movilizar para no movilizar


El llamado a movilizar de la CGT y otros para el mediodía de hoy fue para frenar el malestar reinante en las bases.

Por el contrario, el llamado a sostenerse en asamblea permanente en cada establecimiento, el generar los debates políticos que contemplen enfrentar las políticas de la clase dominante y de este gobierno en particular y simultáneamente profundizar la organización independiente en cada puesto de trabajo son parte de una resistencia que la clase obrera debe encabezar para quebrar la iniciativa del poder burgués en disciplinar a la clase y con ello avasallar los derechos adquiridos.

Dejar en manos del “zorro” (la CGT empresarial) el cuidado del gallinero y el llevar adelante las reivindicaciones de la clase obrera es propio de una miopía política que aún brega por ser alternativa dentro de un sistema capitalista injusto por donde se lo quiera ver.

Es urgente afianzar los núcleos que se van constituyendo resistiendo cada medida concreta que quieran implementar en cada lugar de trabajo.

Abrir el debate y centrar en la importancia que tiene hoy el actuar como clase.

Las grietas las instala la burguesía para dividir la fuerza proletaria, la línea divisoria que debe instalar la clase es la que impulsa clase contra clase, no hay conciliación posible entre explotados y explotadores y es allí en donde la robustez de la resistencia se ira agigantando.

Confiar en nuestras fuerzas de clase y dar paso sobre paso en las tareas de resistencia en lo inmediato, a sabiendas que las marchas convocadas por los aparatos serán superadas con creces cuando las nuevas referencias de base que se sustancian en asambleas por sector o por plantas resistan cualquier embate que implique disciplinamiento a los planes de la burguesía.

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