Según un artículo firmado por Juan Strasnoy Peyre [1], el gobierno de Milei baja el déficit fiscal basándose en el ataque a los jubilados, a las poblaciones de las provincias a las que les niega recursos y deteniendo la obra pública.
Independientemente de las posiciones políticas e ideológicas del periodista mencionado, las cuales no vamos a calificar porque no es motivo de esta nota, diremos que no le falta razón a su planteo.
Las tres patas que menciona el periodista sobre las que se sustenta el ajuste significan: genocidio encubierto para jubilados y pensionados, arrebato de recursos para los habitantes carentes de capital de los 24 distritos del país, deterioro y postergación de obras que benefician a los hogares de trabajadores y pueblo oprimido.
Como dato irrefutable de la realidad, a ello deberíamos agregar que, como el gobierno sirve a la clase burguesa, sobre todo al sector más poderoso y concentrado, promociona y avala la reducción de ingresos salariales de la masa de trabajadores.
Esto último, debido a la flexibilización laboral que ya se viene operando en las industrias y empresas de todo tipo, además de los puestos laborales estatales, la cual pretenden legalizar por decreto o por ley del Congreso para evitar la catarata de juicios crecientes contra empresas e instituciones estatales.
Agitando la mentirosa y cínica bandera del ajuste contra “la casta”, el gobierno de la burguesía ha profundizado la cruzada que venían ejecutando los gobiernos anteriores, consistente en nuevas vueltas de rosca a favor de la súper explotación, la caída del salario y jubilaciones, y el aumento de la pobreza de los sectores populares que, según la UCA, ya asciende al 57,4% (27.552.000 habitantes).
Mientras, los bancos, poseen bonos, proporcionados por el Estado, que representan un capital valuado en $10 billones (equivalentes a 10 mil millones de dólares) que pueden ejecutar en cualquier momento[2]. De esta forma, el capital financiero de la gran burguesía monopolista posee un seguro de cambio que garantiza sus ganancias contra cualquier signo de inestabilidad mayor en lo económico o desequilibrio político que haga tambalear al gobierno o ponga en jaque su continuidad.
Como vemos se confirma, más aún, lo que venimos afirmando en estas páginas y en todo lugar en donde se encuentra nuestro Partido con su labor revolucionaria: el sacrificio, la merma de ingresos, la degradación de la vida, la pobreza y la inanición, la sufren los trabajadores activos, pasivos y autónomos, los sectores excluidos del mercado de trabajo y el eslabón más débil de los pequeños empresarios.
El plan del gobierno es genocida y, por lo tanto, es un derecho humano ir contra él hasta derrotarlo.
Es vital para el pueblo argentino que la clase obrera y el proletariado en general que viene resistiendo y que mostró una brizna de su poderío el pasado 24 de enero, protagonice, irrumpiendo masivamente en la escena política nacional, la lucha para poder derrotar el plan de los monopolios ejecutado por este gobierno reaccionario.
Los revolucionarios debemos centrar nuestro esfuerzo en dicha clase a fin de elevar su acción, organización y conciencia e impulsarla a unificar y dirigir a todos los sectores populares que están siendo atacados en sus condiciones de vida por el gobierno con el sólo fin de sostener las ganancias de los monopolios, concentrar aún más los capitales y someter a las grandes mayorías de nuestro país.
No permitirles la gobernabilidad es el punto en donde hay que concentrar nuestras luchas y embates. En ello consiste nuestra única perspectiva de respirar oxígeno a fin de avanzar en nuestras conquistas económicas, sociales y políticas hacia la meta de una vida digna.
[1] Ámbito Financiero del 19-02-2024
[2] Misma nota citada.
Es vital la acción de los revolucionarios y del proletariado industrial. Asistimos a una mansa calma de amplios sectores de la sociedad que no reaccionan ante tamaño masazo a los bolsillos de los trabajadores…