La oligarquía financiera en Argentina junto a sus gobiernos títeres de turno, al parecer, se taparon los ojos y se tiraron a la pileta aplicando un tremendo ajuste contra la clase obrera y el pueblo, evaluando, tal vez (problema de ellos) que este pueblo se iba a quedar impávido y temeroso sin salir a dar ninguna respuesta. Pero la cosa no es así. Pasó lo inevitable: la lucha de clases en nuestro país dio una vuelta de tuerca más y un sinnúmero de luchas y confrontaciones surcan el espectro político argentino donde surgen, producto de años de acumulación, dos elementos sustanciales que aceleran la marcha de los acontecimientos. Uno, el surgimiento embrionario de una alternativa política revolucionaria expresada en el LLAMAMIENTO 17 DE AGOSTO, que se afirma en su compromiso de unidad en la lucha política para avanzar hacia las grandes gestas revolucionarias que se avecinan y que la situación reclama a gritos, que es el surgimiento de una alternativa revolucionaria en el país para todo el pueblo. La otra, las primeras señales serias y de fondo de la irrupción histórica de la clase obrera que lograron en los últimos días en una avanzada ganar la legalidad revolucionaria en el seno de las fábricas, y con ello marcar la irrupción del proletariado en la escena política del país, donde, aunque veladamente en los medios nacionales, no lo puedan esconder.
Y es en este terreno donde nos queremos detener: la lucha de las autopartistas en Córdoba “aparece” en el contexto antes mencionado que termina golpeando en el centro del pecho al proyecto de los monopolios, sobretodo de la industria automotriz, que es, ni más ni menos, junto a los bancos, las petroleras y las cerealeras el sector monopólico fundamental que impulsa y manda todas las medidas aplicadas por este gobierno.
Ya transcurren 18 días de toma en la fábrica VALEO, la cual no está sola, dado que diversas empresas también, algunas con tomas al inicio y otras con diferentes medidas, se sumaron al conflicto, generando éste una crisis inmensa en la cadena de producción al grado que a partir del lunes se ve obligada RENAULT y FIAT de Córdoba a suspender la producción a causa de la falta de componentes. Así lo afirmaba en su comunicado el SMATA Córdoba a través de su Secretario de Prensa, Leonardo Almada.
Si la burguesía no da una respuesta a los trabajadores el mismo camino seguirán otras automotrices.
La burguesía acusó el golpe. Las cosas se le pusieron en blanco sobre negro y sale a mostrar su verdadero rostro impotente porque la mayor parte de las herramientas institucionales a su servicio como los gobiernos, Ministerio de Trabajo, Sindicato y Justicia, no logran darle una salida favorable a sus intereses.
Tal es su debilidad que la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba sacaron un comunicado oficial y público en forma de carta abierta cuyas partes sustanciales transcribimos: “Solicitamos a la UOM Córdoba, dentro del marco legal, colabore para que de inmediato cesen los conflictos gremiales que hacen peligrar la estabilidad de varias industrias y con ello pone en riesgo la fuente de trabajo de las empresas en conflicto, como así también de otras de diversos rubros que integran la cadena de valor. Es necesario que junto a las autoridades del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Córdoba y del Poder Judicial se INVESTIGUE EL ORIGEN DE CADA UNO DE LOS CONFLICTOS Y SE TOMEN LAS MEDIDAS QUE CORRESPONDEN PARA SU SOLUCIÓN”.
También la carta afirma: “Respetar lo acordado en las paritarias, pues no está vigente un sistema de paritarias por empresas, por lo que debemos ajustarnos a los convenios colectivos”.
El comunicado termina diciendo: “que espera que con la urgencia necesaria y dentro de la legalidad la UOM Córdoba colabore para que vuelva la paz social en estos difíciles momentos”.
Muchas cosas se podrían decir de esta carta abierta pero vamos a ir a la esencia del problema. En realidad la burguesía lo que no dice es que en su conjunto lanzaron un plan como clase unos meses antes de fin de año, intentando desmembrar las organizaciones de vanguardia de la clase obrera para transitar el ajuste que venían planeando sin mayores problemas, para lo cual implementaron una serie de despidos a lo largo y a lo ancho del país sin justificación alguna. Pero fundamentalmente lo que pretendían, vanamente, era frenar o retrasar la irrupción de la clase obrera en la escena política nacional porque son conscientes que ese es un viaje de ida sin regreso, porque si hay algo que le faltaba a la crisis política de este sistema putrefacto y decadente es que la clase obrera le salte a la palestra en la lucha política nacional. Los politiqueros de toda índole, los intelectualoides pseudo progresistas, el periodismo democrático burgués, etc., pueden mentir todo lo que quieran, pero una cosa es inequívoca: la burguesía asimismo no se miente, en todo caso subestima y parte de una visión idealista y, por lo tanto, errónea, pero jamás se miente; y cobarde, como es su esencia sale a llamar a la “paz social” porque se encuentra impotente políticamente para seguir transitando como lo vino haciendo hasta ahora. El plan le falló.
La lucha de VALEO y las autopartistas en Córdoba ya se constituye en un triunfo histórico más allá de los resultados puntuales de este conflicto, porque es una lucha que colocó sobre el tapete la independencia de la clase obrera por fuera de los marcos institucionales del sistema, e irrumpe, una vez más, desenmascarando la falacia DE LA ASOCIACIÓN DEL CAPITAL Y EL TRABAJO, porque sobre esta lucha se comienza a materializar la unidad de la clase obrera. Y sino que el SMATA Córdoba (caterva de policías) “movilice” a los obreros de RENAULT y FIAT a las puertas de VALEO en contra de sus hermanos de clase. Dan risa. Muy por el contrario, acá el asunto puede ser al revés, que todos los obreros se movilicen a apoyar la lucha de VALEO, y entonces sí, a las palabras dichas por la propia burguesía hace unos días el fantasma de TOSCO, y el CORDOBAZO, agregaríamos nosotros, vuela amenazante sobre Córdoba.