A fin de año, el INDEC (Instituto de Estadísticas y Censos) publicó una encuesta sobre las 500 empresas más grandes del país (sin incluir los bancos y empresas agrarias -entre las que se cuentan las exportadoras de granos-). En la compulsa se computan los años 2011, 2012 y 2013.
Las estadísticas y cuadros que surgen del mencionado relevamiento son muy elocuentes de los resultados del modelo «nacional y popular» y de a dónde nos conduce el «capitalismo que no es salvaje» según la propia definición que los funcionarios del Estado y la inefable presidenta le dan a esta versión imperialista que sufrimos en nuestro país. Veamos:
Salarios: El salario medio mensual que pagaban estas grandes empresas en 2012 era de $ 12.759 y en 2013 era de $ 16.145, lo que implica un aumento de 26,54%. Dicho salario, explica el estudio, incluye el salario básico, horas extras, sueldo anual complementario, comisiones, premios, bonificaciones, gratificaciones, vacaciones gozadas, antigüedad, presentismo, adicional por título, personal a cargo, otros conceptos convencionales (que surgen de convenios colectivos y toda otra remuneración en dinero o en especie devengada durante el año a favor de los asalariados sujeta o no a aportes y contribuciones).
Valor agregado por trabajador: El valor agregado promedio por cada trabajador en 2012 era de $ 501.000,00 y en 2013 era de $ 732.000,00, lo que implica un aumento del 46,11% en un año. Este porcentaje muestra el incremento de la productividad.
Productividad o explotación de la mano de obra: Si al porcentaje de aumento del valor agregado 46,11% le restamos el porcentaje de aumento salarial 26,54% tenemos que la productividad del trabajo, o sea la intensidad o explotación de la mano de obra creció 19,57%. Éste, en definitiva, es el porcentaje que entre 2012 y 2013 cada monopolio aumentó en ganancia o plusvalía. Tal como surge claramente de estos números, los aumentos de salario fueron superados por el aumento de la productividad, con lo cual los monopolios aumentaron sus ganancias a pesar de los aumentos otorgados.
Plusvalía: Si al valor agregado que genera cada trabajador le restamos el salario que percibe, tenemos como resultado la plusvalía que se lleva el monopolio. De tal forma tenemos que la plusvalía extraída a cada trabajador en 2012 era de $ 335.133 por año. Este número surge de restar al valor agregado de $ 501.000, el salario de $ 12.759 x 13 ($ 165.867). Mientras que la plusvalía extraída a cada trabajador en 2013 era de $ 522.115. Este número surge de restar al valor agregado de $ 732.000, el salario de $ 16.145 x 13 ($ 209.885).
Tasa de plusvalía: Dividiendo la plusvalía por el salario de cada trabajador, se obtiene la tasa de plusvalía. Así, en el año 2012 la tasa de plusvalía era de 202,05% ($ 335.133/$ 165.867), esto es 100 unidades para el trabajador y 202,05 para la empresa en una jornada que suma 302,05 unidades. Mientras que la tasa de plusvalía del 2013 era de 248,76% ($ 522.115/$ 209.885), esto es 100 unidades para el trabajador y 248,76 para la empresa en una jornada que suma 348,76 unidades.
Aumento de tiempo de trabajo para le empresa: La tasa de plusvalía mide el tiempo de trabajo que el trabajador dedica para lograr su salario y el tiempo de trabajo que efectúa en forma gratuita para la empresa. Así, en 2012 por cada día trabajado, el trabajador generaba el valor de su salario en un 33% de tiempo por cada jornada de trabajo y el resto (67% de la jornada) trabajaba gratis para la empresa (esto surge de dividir 202,05/302,05). Mientras que en 2013 el trabajador generaba el valor de su salario en 29% de tiempo por cada jornada de trabajo y el resto (71% de la jornada) trabajaba gratis para la empresa (esto surge de dividir 248,76/348,76). Como se ve se ha aumentado el tiempo que el trabajador trabaja gratis para la empresa.
Algunas conclusiones: Entre los años 2012 y 2013, se aumentó 46,11% el valor agregado por cada trabajador, se aumentó la productividad en 19,57%, se aumentó la plusvalía que gana cada empresa por cada trabajador a $ 522.115, se aumentó la tasa de plusvalía alcanzando un 248,76%, y se aumentó en consecuencia el tiempo de trabajo gratis que cada trabajador realiza para la empresa. Como vemos el camino del aumento de la producción, la productividad y las ganancias monopolistas es un camino totalmente inverso al reparto de la riqueza. O sea que por el camino de la producción capitalista la pobreza relativa y la superexplotación del trabajador crecen en forma permanente. Ganancia para los monopolios es pérdida para el pueblo.
¡¡¡Y esto surge del análisis de las cifras que el mismo Estado proporciona!!!
La única opción para romper esta lógica es la lucha revolucionaria para expropiar a los monopolios de sus capitales y socializar los medios de producción y con ello todo el producto social para beneficio de todo el pueblo.
La oligarca presidenta puede seguir con sus discursos repartiendo mentiras y recitados sobre el proyecto «nacional y popular», diciendo que si las empresas ganan ganamos todos, pero es claro que su objetivo a cargo del gobierno del Estado, es servir como la mejor cortesana a la oligarquía financiera dueña del capital monopolista que gobierna el país.
Estos números además, nos muestran cuál va a ser la línea política del gobierno para este año que acaba de empezar y del gobierno que surja de la próxima elección: intentar intensificar la superexplotación para la obtención de mayores ganancias a favor de los monopolios.
Con ello, surge claramente también dónde va a centrarse la disputa entra las clases antagónicas burguesía y proletariado y con quien deberá alinearse y unirse el pueblo para conquistar una vida digna. El escenario va a ser propicio para las luchas y la conquista popular porque así como se ha cerrado el año pasado pletórico de luchas y conquistas, sobre todo políticas, también se ha abierto el presente año con más luchas para mayores conquistas.