El suplemento “Energía on” del diario Río Negro publica una nota titulada “Chau Vaca Muerta” (1) en la que se “informa” que, en seis meses, cuatro empresas “extranjeras” se fueron de Vaca Muerta o redujeron su participación
Según la nota, unos honestos empresarios (trasnacionales para más datos), decidieron que abandonarían su proyecto de negocio en el lugar, y todo discurrió amigablemente y en un suave devenir.
La nota es engañosa, tendiente a confundir la idea general sobre la realidad, al menos en dos sentidos.
En principio, pretende ocultar que existe una crisis capitalista, y que dicha crisis es una guerra sin cuartel entre capitales para ver quien se impone sobre quien; guerra para la cual resulta crucial el dominio de los resortes del Estado (y este dominio es lo que se disputa en las elecciones, pero ese es otro tema). Por lo tanto, el retiro de dichas empresas obedece a una vuelta de tuerca más en los procesos de concentración de capital; indicando quiénes ganaron y quiénes perdieron en esa contienda
Y, además, presenta ese proceso como si se tratara de una nacionalización de recursos, por oposición a la supuesta “ida” de capitales “extranjeros”; como si el proceso de transnacionalización de la economía (lo que llamamos globalización), pudiese “marchar en reversa”.
YPF por ejemplo, presentada como estatal, en realidad sólo es estatal para que asuma costos de la actividad, por ejemplo; pero concerta acuerdos secretos con Chevrón y se encuentra sometida a la ley estadounidense.
El sistema capitalista es una forma de organizar la producción y distribución social de bienes necesarios para la vida, basada en la explotación y en la expoliación. Ha habido otras, y no dudamos en que lograremos instaurar otra más justa, el socialismo.
Por sus propias leyes de funcionamiento, por la propia competencia anárquica intercapitalista, tiende a desplazar del sector productivo grandes masas de población que quedan excluidas de toda oportunidad de vida, y a concentrar en pocas manos, cada vez, mayores masas de capital, provocando que grandes monopolios, cuya facturación supera el PBI de varios países, controlen los resortes estatales, de forma tal que estos Estados funcionan directamente al servicio de sus negocios. (2)
Esta circunstancia, provoca que existan, por un lado, necesidades humanas insatisfechas cada vez en mayor medida y por otra parte mercaderías que deben desecharse porque no pueden realizarse en el mercado y reingresar como capital porque no hay quien las compre.
Entonces, por un lado, un grupo de capitales, para sostenerse como tales y no ser absorbidos por otro de mayor poder, necesita obtener mayores ganancias, y para ello, la única variable de ajuste posible, es la clase obrera y el pueblo en general.
Ese ajuste se expresa en las peores condiciones de trabajo y de vida a que somos sometidos, con ritmos de producción cada vez más acelerados y salarios cada vez más paupérrimos, y en los dineros públicos, que están en manos del Estado al servicio de los monopolios, transferidos para salvar los negocios capitalistas, vaciándose sueldos, jubilaciones y servicios públicos tales como educación y salud.
Por otra parte, la competencia intercapitalista, lejos de ser un amigable proceso, es un proceso violento, en el que los Estados sirven de gendarmes de los negocios y estos se dirimen mediante guerras, invasiones, anexiones de países, etc.
Asimismo, la quiebra de empresas o su retiro provoca que se agraven los despidos y la precarización laboral, dejando a su paso miseria y desolación.
La prensa hegemónica, que no es otra cosa que otro negocio de los monopolios y, por lo tanto, expresa sus intereses; se cuida muy bien de disfrazar las atrocidades que sufre la humanidad causadas por este sistema.
Es que temen a un proceso que crece, en el que la clase obrera y el pueblo laborioso, ante tanta ignominia, comienza a dar muestras de su poder, reclamando para sí las decisiones sobre la vida, y enfrentando con organización, unidad, y organización asamblearia, el decreto de muerte que pretenden imponernos.
(2) Recomendamos ampliar mediante la lectura de la nota “ALGUNOS APORTES TEÓRICOS PARA ENTENDER LA CRISIS DE SUPERPRODUCCIÓN” publicada en La Comuna N° 118, disponible en:
https://prtarg.com.ar/wp-content/uploads/2022/01/LC-118-Diciembre-2021-A4-Color.pdf