En un artículo titulado “En un país con sed, sobra el agua para la industria de las bebidas chatarra”, publicado en México por el periódico La Verdad del 6 de Julio del 2022 se denuncia abiertamente que Coca-Cola, Pepsi, Danone, Nestlé, Bimbo, Agá y otras empresas de productos chatarra extraen anualmente 133 mil millones de litros de agua para producir comida y bebida. Pero no sólo es lo que consumen, también cuenta lo que desechan: 119 mil millones de litros de agua sucia que después de los procesos industriales regresa a cuencas y acuíferos. Que no sólo afectan la salud de la población, sino que además provocan serios daños ambientales.
“El total del agua que utilizan las empresas alcanzaría para llenar 16 mil 862 veces el Lago de Chapala, el más grande de México, en un país donde el 24% de los hogares no tienen agua todos los días.” Traducido en ganancias (según la revista Fortune) las ganancias anuales de estas corporaciones solo en México superan los 66.000 millones de dólares.
En nuestro país no sólo están estas grandes corporaciones transnacionales haciendo estragos y ganancias con el usufructo del agua. A ello, que no es poco, se le agrega la emblemática Manaos. Es decir, “otra mancha más al tigre”.
Diversos medios ponen el acento en el “milagro de Manaos”, el señor Canido -dueño de la empresa- no lo niega. Precisamente en uno de esos medios -una radio gremial- con tono jactancioso y arrogante como es su costumbre- afirma que “Manaos es la gaseosa número uno en ventas por litro del país, se produce en la planta tecnológica número uno del mundo y la líder en producción en América. En la planta no hay descanso: se trabaja en tres turnos, todos los días las 24 horas. Cuenta con 15 líneas de producción con una capacidad que le permite hacer 40.000 botellas por hora en cada línea. Así en el término de dos años superamos a Pepsi.”
Se olvidó decir que los turnos de 12 horas son obligatorios, que no se contempla el mínimo descanso necesario que por ley corresponde, que la hora extra se pagan en negro y a menos de su valor, que no hay sábado o domingo o feriados para los trabajadores, que se evaden las necesidades más elementales de salubridad e higiene como duchas y baños adecuados, que la medida preventiva de seguridad laboral son casi nulas.
Que las vacaciones no son optativas, que se despide con desprecio e injustamente a trabajadores que dejaron años de su vida en esas tremendas y agotadoras jornadas que enriquecieron a este burgués que cree ser el hacedor de estos “milagros” porque vende un producto más barato. Con salarios bajos que obligan a las 12 horas, en Manaos o Refres Now S.A. impera un régimen militarizado y extorsivo sostenido por el SUTIAGA. Es decir: el aparato sindical a su servicio, que también está al servicio de Coca Cola y Pepsi
Por más que Manaos se empeñe en una publicidad de lo nacional con sesgo folclórico y popular no la diferencia en nada de las otras corporaciones.
Por el contrario, está llevando el grado de productividad al extremo, tal como las corporaciones contra las que compite, con la ambición de posicionarse como empresa internacional como lo afirma en la entrevista realizada en 2021 en un medio gremial de Bahía Blanca.
La fórmula “del milagro” es usufructuar los recursos acuíferos de forma exacerbada y profundizar los niveles de explotación laboral tal como las transnacionales practican en las diversas regiones y países del mundo. Por lo tanto, el secreto del “milagro” tiene la terrenidad de régimen capitalista en esta época de exacerbación, saqueo despojo y explotación propio de los monopolios. Tiene la cruda verdad que los medios de producción y los recursos estan en manos del capital para su beneficio privado.
Sin embargo, el “milagro” tiene otros condimentos que lo hacen aún más promiscuo y desalmado. Varios pozos de extracción subterránea bombean agua en cientos de metros cúbicos diarios en su planta de Virrey del Pino, Partido de la Matanza. El Estado otorga las concesiones para dicha explotación y después mira para otro lado.
Al igual que las mineras y las petroleras el Estado deja en manos de las empresas decir cuántos litros de agua utilizan, sabrá el lector lo que esto significa. Entre producción y desechos de Manaos de todos los gustos, aguas saborizadas, jugos, agua mineral y sodas se utilizan más de 20.000.000 de litros diarios de agua que se extraen del acuífero Puelche ya contaminado. En términos anuales la cifra llega a 7.300 millones de litros.
Esta cantidad que se consume en un solo día vista en metros cúbicos alcanzaría para llenar tanques de agua de 500 litros de 40.000 casas.
Es decir: bastante más que una barriada de Virrey del Pino…
Para ser apta para el consumo humano el proceso productivo de Refres Now S.A.. utiliza para reducir la alcalinidad del agua procesos de osmosis inversa, cuatro tanques de 120.000 litros cada uno y una planta para tratamiento biológicos por separación de lodos. Sin embargo, los volúmenes de agua utilizados en la producción son muy superiores a las capacidades de estos equipamientos. Es decir: no son suficientes para purificar apropiadamente toda el agua que se transforma en gaseosa, agua saborizadas, jugos, sodas o agua mineral.
Por lo tanto, junto a la generación de cuantiosos desperdicios que van a parar al Rio Chacón se despilfarran miles de litros de agua que entremezclados, contaminan sus aguas y sus napas con desechos altamente tóxicos que contienen estas aguas residuales.
Al mismo tiempo de producirse situaciones de falta de agua en las barriadas lindantes a la empresa por las constantes perforaciones, se pasan por arriba una serie de controles químicos donde el Estado y sus funcionarios hacen la vista gorda favoreciendo un entramado destructivo al amparo de la voracidad por las ganancias y la competencia monopolista.
La reducción de costos por los escasos equipamientos y las faltas de análisis y de componentes químicos para mejorar la potabilidad del agua ya de por si evitan desembolsos que la arrogancia del burgués desecha por no considerarlos importantes. Es decir: desestima la calidad del producto que vende.
La desmedida utilización de este recurso vital se corresponde con la exacerbación por los márgenes de ganancias. De allí que invierta en tecnología aumentando las líneas de producción y la velocidad de las mismas, cosa de multiplicar la oferta en un mercado como son los países de Sudamérica, donde la flaqueza de los bolsillos no puede consumir otra calidad de bebidas.
Cuando habla con tanto desparpajo de cuanto se produce en Refres Now, Canido y su séquito dicen con suma claridad que su prioridad es la cantidad de botellas de gaseosas y jugos por sobre la calidad del contenido. Por otra parte, es importante mencionar que el alto contenido de jarabe de fructuosa y de otros componentes que contienen estas bebidas son muy dañinos para salud. Por lo tanto, su calidad es cualitativamente negativa.
A razón de 500 a 1 es la proporción entre el costo y el precio de las gaseosas en todas las marcas de todas las empresas según varios estudios realizados en diferentes países. Vale decir que se vende a 500 veces más que lo que costo producir una botella por ejemplo de dos litros y cuarto.
Por lo tanto, sobre la base de la superexplotación y la gran productividad laboral, sobre la base de la apropiación y el saqueo de la materia prima como el “el agua” pueden vender esta mercancía muy por arriba de su valor y como el caso de Manaos tener precios competitivos, más económicos sin dejar de embolsar importantes márgenes de ganancias. Eh ahí “el milagro de Manaos”.
El ex CEO de Nestlé, Peter Brabeck blanqueó en 2005 la decisión de las multinacionales de dar rienda suelta a la voracidad por el usufructo privado de estos recursos naturales por medio de una declaración donde afirmaba “el agua debería ser tratada como cualquier otro bien alimenticio y tener un valor de mercado que viniera establecido por la ley de la oferta y la demanda, que debería tener un precio y que sólo de esta manera, emprenderíamos acciones para limitar el consumo excesivo que se da en estos momentos».
A partir de allí se dio rienda suelta a esta industria que -como bien lo vemos- refleja la hipocresía de esta clase social que “parasita el agua” con todos los sentidos que esto expresa.
El equivalente a personajes como el ex Ceo de Nestlé están reflejados en la desesperación por las ganancias de Refres Now y en las otras embotelladoras y productoras de estas bebidas.
El consumo excesivo ilimitado y destructivo para beneficio privado de las corporaciones y monopolios y la carencia para los pueblos que apenas acceden al agua potable que es un derecho humano fundamental. Tal es la ecuación que se practica a diario bajo el dominio del capital monopolista.
El enfrentamiento al capital desde el proletariado, desde las bases en las fábricas es también, la lucha contra el despojo de nuestros recursos. La lucha por nuestros derechos humanos en donde vivimos y trabajamos, derechos infinitamente más importantes que las mentiras de una banda de rufianes enceguecidos por las ganancias que tiranizando las condiciones laborales y productivas sostienen un régimen inhumano por donde se lo mire.
Ellos necesitan al proletariado para ejercer su tiranía. Pero mal que les pese el proletariado y el pueblo no los necesita a ellos para vivir dignamente. Hay que sacárselos de encima.