En los últimos días la noticia que recorre los canales de TV, las radios, y los distintos medios de comunicación de los que se vale el poder ha sido la ola de saqueos, iniciada primeramente en Bariloche y que más tarde se propagara en distintos puntos del país. El mensaje que baja del poder de los monopolios es que esta ola de saqueos de “origen turbio” fue “organizada por algún agente de la oposición”, etc., y que aquellas personas que salieron a “asaltar deliberadamente supermercados” no estaban movidos por el hambre y la desesperación, sino por el más vil de los sentimientos de hurto y vida fácil, de otra manera se hubiesen llevado alimentos y no electrodomésticos (electrodomésticos que por su valor en el mercado sirven para comprar más alimentos de los que caben en un changuito de supermercado).
Pero la pregunta que cabe al escuchar el odio de toda la canalla, opositora y afín al gobierno, pero que a la hora de defender el poder de los monopolios unifican el discurso de una manera “sorprendente”, es otra.
¿Qué base material, concreta, organiza un tropel de gentes que se extiende por todo el país a generar “semejantes atrocidades”? ¿Bajo qué condiciones concretas nacemos y nos reproducimos para que ocurran este tipo de fenómenos?
Este tipo de fenómeno es el resultado de la explotación más despiadada a la que es sometido nuestro pueblo desde hace años. Son generaciones y generaciones que dejaron su vida trabajando para que se les extraiga hasta la última gota de plusvalía y luego ser lanzados al arroyo del sistema como un sobrante poblacional. Es mucho más fácil para la oligarquía financiera tildar a la gente antes que buscar explicaciones objetivas, porque de esa manera continúan su trabajo de división y dominación de la clase obrera y el pueblo (todo es una gran mentira). De esa manera quien no está de acuerdo con el actual gobierno es tildado de gorila, quien esté sumergido en la marginalidad y expulsado del circuito laboral (circuito de explotación mejor dicho) es tildado de vago y delincuente. Y así estos señores se van quitando el problema de encima sin decir cuál es la verdadera génesis de la pobreza porque justamente esto es lo que genera esta sociedad. Los sectores marginales que salieron a la calle a saquear, que no tienen nada de nada más que su miseria y la sumisión en la ignorancia generada por este sistema que muestra a través de sus medios que la vida es un bailando por un sueño, autos de lujo; es decir las “veleidades” de un sistema corrupto que termina constituyéndose en un eufemismo, en un país plagado de riquezas pero con una cobija muy chica para el pueblo argentino. Donde justamente la parte que no tapa es la que le toca a estos sectores y a la clase obrera y el conjunto del pueblo. Son los mismos que antes integraban las filas del proletariado y se vieron lanzados a la calle cuando no eran necesarios ya para engrosar las ganancias del capital. El Banco Mundial con todo cinismo los define como población sobrante. Son los mismos que los distintos gobiernos de turno, sindicatos y diversos partidos políticos que recurren a la dádiva aprovechándose de la pobreza para acarrearlos a sus movilizaciones y diversos procesos electorales. Hoy los acusan y mañana los usan, pero lo concreto es la existencia de la tremenda pobreza en nuestro país.
Decíamos en la nota del 25 de noviembre que la recaudación fiscal del último año ronda los 100 mil millones de dólares, esa es plata expropiada directamente a toda la masa de trabajadores luego de inagotables jornadas de explotación con la que el progresismo y el gobierno dicen utilizar para palear la pobreza ¿Dónde están, señores intelectuales afines a las ideas burguesas, las medidas para solucionar el hambre en nuestra tierra de las que tanto hablan? Esas masas de dinero extraídas a la clase obrera y el pueblo no son para otra cosa más que para acrecentar la acumulación de capital, y con ello la miseria del pueblo argentino, en forma de subsidios millonarios a los monopolios.
No existe forma entonces, de que el gobierno de los monopolios con sus medios de comunicación, dé explicación alguna de los hechos sucedidos, porque para ello tendría que desenmascarar su naturaleza generadora de miseria.