La lucha de los trabajadores de Offal, muy lejos de caer en el pozo del desgaste, como hubiese querido la empresa, sigue para adelante exigiendo la inmediata reincorporación a los respectivos puestos de trabajo de los despedidos.
La empresa, como era sabido, para aplacar la lucha no dudó en mover toda su influencia como clase burguesa a todas las instituciones del Estado monopolista, incluyendo al sindicato de la carne, al ministerio de trabajo, a los medios de comunicación, al gobierno, etc. Es decir que utilizó los instrumentos de dominación del Estado, para garantizar poder seguir explotando deliberadamente a los obreros, en condiciones deplorables de trabajo y con contratos fraudulentos y negreros.
Pero los trabajadores siguen firmes en su lucha, contando sólo con su propias fuerzas, que son la unidad con los demás trabajadores, la población vecina y las organizaciones que se solidarizan con la causa, tomando como eje central la acción permanente de denuncia y hostigamiento a la empresa utilizando todas las herramientas posibles, hasta las que le dan un marco legal a la lucha sostenida con la movilización.
Hoy en el marco legal, la causa ha tomado vuelo propio, a través de una demanda por discriminación a la empresa, por haber despedidos a los trabajadores por reclamar lo que les correspondía inclusive según las propias leyes del Estado burgués. Desde ya que, como también es sabido, dependerá en gran medida que todo llegue a buen puerto, siempre y cuando se mantenga encendida la llama de la lucha, teniendo en cuenta que la burguesía atraviesa una profunda crisis política y de gobernabilidad, producto del avance de la lucha de clases. Y por ende en este mismo sentido cualquier movilización de masas provoca directamente más movilización. Y es ahí mismo donde la burguesía con sus instituciones, pierde terreno y es débil.
Actualmente vivimos una época donde soplan fuertes vientos de cambio a favor de los trabajadores y el pueblo. Donde la oligarquía financiera y su gobierno, no tienen ningún tipo de respuestas políticas frente a la avanzada de las masas que van conquistando a través de la lucha. Y fundamentalmente donde estos vientos de cambios, en cualquier momento, pueden convertirse en fuertes tornados que le cambien radicalmente el curso a nuestra historia.