El ejercicio asambleario basado en la movilización popular es la base fundamental de un Estado Revolucionario

Una señora se desmaya dentro de un vagón del tren Sarmiento. Un día de calor, las ventanillas cerradas, en funcionamiento el calefactor en vez del aire acondicionado y a la vez la sordera de los responsables de parar la formación en auxilio del damnificado.

El tren Sarmiento ha “perdido el pelo pero no las manías”. Con la retirada de las líneas de colectivo que apuntalaban el antiguo servicio, viajar en tren es toda una odisea.

Esto es capitalismo, “barrer bajo la alfombra”, hay parches y no soluciones, es más los parches son las soluciones.

Invitamos al periodista Víctor Hugo Morales a viajar todas las jornadas y que en esos andenes repletos de trabajadores en las horas pico y haga una exposición propagandística comparando ese transporte con los “más desarrollados del mundo”. Seguramente no lo hará porque la mentira es propia del negocio al cual pertenece.

Una señora mayor y podríamos multiplicar este ejemplo por infinitos, se rompe la cadera, es derivada por PAMI a una clínica de la Matanza y permanece sin ser intervenida por 48 hs. Clínicas “del doctor Cureta”, aberrantes centros de atención, preparadas para ejercer el “terror al paciente”. Invitamos a la señora presidente a que deje de hacer propaganda al “Otamendi” y la próxima que se interne en esos antros hospitalarios. Seguramente no lo hará.

En fin, describir estos hechos es cosa de todos los días y tema que tomemos estará teñido de la crisis estructural en lo social. La cantinela de “inclusión social” la padecemos, la vivimos a cada instante. No queremos aburrir con lo que todos sufrimos en lo cotidiano. En definitiva ya no se trata solo de denunciar sino que a la vez de ejercer ese derecho, pensamos en las acciones que como pueblo debemos insistir y perseverar.

Parado el tren en el primer ejemplo, los trabajadores indignados fueron movilizados a reclamar a los responsables, como única respuesta de ferrocarriles fue rodear a la formación con gendarmería. Las respuestas no llegan y la violencia ejercida por el sistema en las condiciones de vida inmediatamente pasa a la acción de fuerza concreta. Como es lógico ese amedrentamiento es una aspirina a un  cáncer que acumula y recorre a todo el cuerpo social.

Estamos planteando en definitiva que hay que seguir el camino de la movilización y la protesta,  profundizar la democracia directa, es decir que la indignación también la canalicemos con una metodología revolucionaria, ejercer la democracia directa es darle a la asamblea en cualquier lugar en donde se encuentre una injusticia, un carácter de Poder Popular que enfrente al interés de unos pocos contra el interés de las mayorías.

Estamos planteando que la democracia burguesa que soportamos debe ser reemplazada en los hechos con la profundización de la experiencia que se viene haciendo en todos los rincones del país, es decir: las minorías deciden en sus recintos, el pueblo decide en la movilización, en la asamblea con sus autoridades, ejerciendo una práctica que se irá masificando cada vez más.

No importa si ante una injusticia momentánea se haga una asamblea momentánea, o una acción de masas espontánea que no perdure en el tiempo, este fin de semana para graficar con un ejemplo la barra brava de Huracán comenzó a lanzar fuegos de artificio al campo de juego, hubo preparativos represivos y la acción continuó, sin embargo y en forma espontánea el hincha de Huracán, en forma masiva repudió el accionar de las fuerzas lúmpenes y protegidas del sistema como fuerzas de choque y ese núcleo tuvo que retroceder ante la masividad de las mayorías indignadas.

Lo que importa es la impronta de esa acción que quedará en la retina de quienes participen. Así mismo esa asamblea que perdura en el tiempo como en muchos casos no puede perder legitimidad ya que la misma ejerce poder soberano no permitiendo burocratización de ninguna especie.

No es fácil plantear que el ejercicio asambleario basado en la movilización popular es la base fundamental de un Estado Revolucionario, pero a decir verdad en la experiencia que está transitando la lucha de la clase obrera y del pueblo, la asamblea pasa a ser parte del escenario de la lucha de clases, es en esas contiendas establecidas por el pueblo  en donde las ideas de la revolución, en donde las ideas de un nuevo Estado se harán más palpables y visibles.

Gente honrada, luchadora, de principios humanitarios no cree que ese cambio sustancial se pueda dar, muchísima de esa gente está en desacuerdo, es más lo ejerce, pero no cree que es la impronta de un poder revolucionario. Es allí en donde se encuentra el gran problema de la revolución, no tanto en el ejercicio de la democracia directa, no tanto en la implementación de éstas prácticas que llevan años, no tanto en la inexperiencia de otras épocas, en lo fundamental es  la traba ideológica en las masas que el sistema educa desde la cuna.

 Los revolucionarios tendremos que multiplicar con propaganda revolucionaria de que lo que el pueblo está haciendo es lo que hay que hacer marcando claramente el objetivo político de la lucha por el nuevo poder.

La asamblea es la más alta autoridad en la lucha, a la vez que es la Institución del pueblo que ejerce la democracia directa, ese es nuestro poder contra el poder de las instituciones de la burguesía, del Estado de la burguesía.

Hay que seguir caminando en la lucha y en el ejercicio de éstas metodologías, es una etapa en donde aún éstas fuerzas políticas populares están en un proceso de acumulación de fuerzas políticas y la correlación aún no permite una nueva calidad del enfrentamiento, pero lo sabio es no detenerse, seguir masificando estas instituciones y a la vez ir encontrando los caminos de unidad de éstos procesos que vienen de los más profundo de nuestro pueblo.

Cuanto más crisis política tienen las instituciones del Estado burgués es porque más denuncian los rumbos de lucha popular que adquieren más peso específico en la lucha de clases.

En las actuales condiciones, la propaganda de las políticas revolucionarias que no subestimen el potencial anidado de todo nuestro pueblo serán determinantes para pasar a otro estadío de la lucha revolucionaria.

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