En su día, los médicos son atacados por el gobierno peronista

Con gran indignación, el SiPrUS (Sindicato de profesionales universitarios de la salud) denunció que los médicos del sector sufrieron más de $ 15.000 de descuento en sus salarios.

El gobierno de Santa Fe, les descontó tal suma por haber realizado un paro durante los días 20 y 21 de octubre en procura de mayores aumentos y del pase a planta de contratados y monotributistas.

De esta forma el gobierno peronista “nacional y popular”, muestra una vez más, su cara de ajustador serial y de enfrentamiento a los trabajadores a quienes, en su discurso, adula y felicita por su entrega, sacrificio y profesionalismo, mientras que, en los hechos, les priva del derecho a huelga, los castiga por haber parado y les reduce los salarios y condiciones de vida.

Una vez más queda demostrada la verdadera vocación promonopolista del gobierno de turno ya sea que se muestre sin careta como servil de la burguesía o que intente esconder su intención y acción antipopular, bajo un discurso de supuesta defensa de los intereses de los trabajadores. Porque, como dicen los voceros del SiPrUS: “el gobierno tiene plata para otros negocios y castiga a los profesionales de la salud”.

Y esto que se dice, con toda certeza, es de aplicación a toda la realidad del país, porque la plata está. La producción ha crecido durante este año y los proyectos de la burguesía están en marcha mientras los sectores populares viven una de las crisis más tremendas de la historia del país.

Lo que pasa en la provincia de Santa Fe, es un calco de lo que pasa a nivel nacional.

El desprecio de los funcionarios que administran el gobierno de los monopolios en el poder, es evidente y se expresa en todas las líneas. Gobierno y oposición de cualquier signo, no son más que las dos caras de la misma moneda.

Las cifras reconocidas por los empresarios en el reciente encuentro de la UIA (Unión Industrial Argentina) y en el encuentro de líderes empresariales organizado por el diario El Cronista y la revista Apertura, no dejan dudas. Por su parte las automotrices se frotan las manos y proyectan elevar la producción a 500.000 unidades; los laboratorios apuestan a plasmar los avances científicos en productos “vendibles”, mientras que los medicamentos aumentaron más del 100% (o sea, lo principal está dicho, la salud… bien, gracias), Vaca Muerta (el paraíso petrolero del país), logró el record histórico de fracturas, la industria metalúrgica ha llegado a una producción igual a la pre pandemia, los bancos exhiben ganancias (a julio de 2021) por US$ 2.726 millones según reportó la Comisión para el Mercado Financiero, y así podríamos seguir detallando, rama por rama, los beneficios de los sectores más concentrados del país… Y esto, sin mencionar, el éxito que significó el préstamo de US$ 45.000 que otorgó el FMI, para que el capital financiero transnacional (bancos y grupos inversores) cambiaran acreencias poco seguras por dinero fresco que embolsaron rápidamente. Bueno, esto no sólo fue gestionado por el gobierno de Macri, sino que fue avalado y garantizado por el gobierno peronista actual.

Y, a pesar de ello, invocando la crisis del capitalismo global que fue producida por ellos mismos a causa del sostenimiento del sistema basado en la competencia y producción de bienes que supera las necesidades de la población con poder de compra, reclaman ajustes de los recursos que el Estado destina al llamado gasto social, flexibilización laboral y superexplotación, al tiempo que demandan mayores incentivos a la producción (léase, aumento de subsidios, créditos blandos, disminución de cargas impositivas, desregulaciones de todo tipo para los monopolios, etc.). En suma, aumento de recursos para ellos a costa de mayor disminución de recursos para el pueblo. La baja de salarios, jubilaciones e ingresos para trabajadores y pueblo en general, que han provocado hasta ahora, no es suficiente para ellos.

Por eso decimos que lo de los médicos no es más que la realidad de la política que llevan los gobiernos de turno a favor del interés de los dueños de los monopolios que tienen el poder en nuestro país.

Los obreros y trabajadores en general, no tenemos otra vía más que generalizar y profundizar el enfrentamiento a estas políticas, vengan de donde vinieren, porque haciendo eso es que podemos frenar la voracidad de esa oligarquía financiera que consume nuestras vidas.

La lucha de los médicos no se distingue de las luchas de cualquier trabajador, porque las demandas son básicamente las mismas, lo cual nos muestra la necesidad de unir en un solo as las batallas parciales que se están dando por rama, en forma autoconvocada. Procurar ese camino unitario trasladará el problema gremial a una gran lucha política de la clase obrera y sectores populares contra los responsables de nuestras vidas degradadas. Se trata de la lucha política contra las políticas de ajuste para el pueblo y superganancias para la burguesía monopolista llevada adelante por ese sector, los funcionarios gubernamentales y estatales, y sus sindicatos serviles y policíacos.

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