Algunas mentiras de la burguesía

Las condiciones de vida son cada vez más difíciles para la clase obrera y el pueblo.

Mientras el gobierno nacional sostiene que estamos saliendo de la crisis, que la economía crece, y que este crecimiento se verá reflejado en el bolsillo de trabajadoras y trabajadores, los números del transcurrir cotidiano dicen otra cosa.

Veamos: quienes se encuentran bajo el régimen de la Ley de Alquileres y cumplen su primer año de contrato, deberán afrontar el aumento en el Índice para Contratos de Locación (ICL) que va a superar el 50 %.

El pasado 17 de noviembre, a pesar de los “precios congelados” y de los cortes “baratos”, la carne se disparó con aumentos de hasta el 20 % en el mostrador de las carnicerías.

Entre septiembre de 2020 y octubre de 2021, los medicamentos aumentaron casi un 66 % en promedio.

La llamada canasta navideña, llega con aumentos de hasta el 64 % respecto al año pasado. Claramente, estas no van a ser unas felices fiestas para nuestra clase.

Podríamos continuar enumerando los sucesivos golpes al bolsillo que sufre nuestro pueblo. Como venimos sosteniendo, es claro que el único precio congelado, es el del salario, cuyo poder adquisitivo se deteriora día a día, al ritmo de una inflación (mecanismo casi privilegiado de la burguesía monopolista para achatar la masa salarial) que va a superar  holgadamente el 50 % para este año.

Argentina, según estudio de UNICEF, registra casi a 6 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria grave (es decir, que pasan hambre, transcurriendo a veces varios días sin alimentarse, en su expresión más extrema).

Sucede esto, en un país que produce, aproximadamente, alimentos para 450 millones de habitantes.

Estos son los números que tenemos que mirar para comprender la gravedad de la situación que atraviesan millones de compatriotas.

El gobierno “nacional y popular” parece muy preocupado por alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, pero todo el mundo sabe que cualquier componenda en ese sentido va a decantar en mayor ajuste, porque la deuda la van a pagar, tal y como lo vienen haciendo: más de 4500 millones de dólares durante 2021 entre pagos de intereses y de vencimientos de capital (contando el pago que debe afrontar este mes, de 1800 millones de dólares).

A lo sumo, lograrán refinanciarla, (patear lo que se pueda para más adelante) pero la deuda externa es y seguirá siendo una de las formas privilegiadas de extracción de grandes masas de plusvalía por parte de la burguesía monopolista.

El mismo gobierno que busca llegar a un acuerdo con el FMI, es el que declara que la deuda contraída por el macrismo ha sido utilizada para la fuga de capitales y el financiamiento de la campaña electoral. Deuda ilegítima y fraudulenta, dicen, pero marche preso…la crisis generada por la clase dominante, la paga el pueblo trabajador.

Entonces, sacamos una fácil conclusión: la “ayuda” del gobierno (magros aumentos salariales, el Ingreso Familiar de Emergencia en su momento, los planes sociales, los precios congelados) es una forma de administración de la miseria, un reparto inaceptable que significa muy poco si lo comparamos con el impacto de los números citados más arriba.

El 50 % de la población de la Argentina se encuentra debajo de la línea de pobreza.

Segunda conclusión: no confiar en ninguna de las expresiones política de la burguesía explotadora. Si queremos que esta realidad cambie, debemos organizar la lucha por la defensa de nuestros intereses de clase.

Los partidos políticos del régimen, el parlamento, las instituciones del sistema, son herramientas que la clase dominante utiliza en contra de la clase obrera y el pueblo.

Si los gobiernos de la burguesía tienen que repartir “beneficios” miserables para contener el desborde social, lo van a hacer.

Si tienen que utilizar los mecanismos de la represión, también lo van a hacer (si los dejamos).

Lo único que les interesa es proteger los negocios de los grupos económicos concentrados a quienes sirven.

Pero hagan lo que hagan para capear el temporal de la crisis política, la lucha de clases, más tarde o más temprano, pondrá las cosas en su lugar.

Compartí este artículo