Santucho, los compañeros caídos y el sostenido avance de la clase obrera por sus intereses


Este 19 de julio se cumple otro aniversario más de la caída en combate de Mario Roberto Santucho y de la dirección histórica de nuestro Partido.

Otro aniversario más de la continuidad del P.R.T. en la tarea inconclusa de la lucha para la toma del poder hacia la revolución socialista que más tarde o más temprano liderará el proletariado industrial.

Lustrar el bronce no sirve al presente, tomar los ejemplos y hacerlos vivir en las nuevas generaciones ayudan a transformar la realidad que de eso se trata la vida.

Hoy la situación nos presenta algunas notas sobresalientes tanto en las luchas obreras como en los sectores populares que resisten a la aplicación de las medidas que vienen tomando los gobiernos de turno (peronistas o macristas) para exclusivo beneficio de los monopolios.

Entre ellas, además de la convulsión que vive el pueblo jujeño que mantiene su combate político en contra de la reforma constitucional ordenada por el gobierno de Morales y otros sectores políticos burgueses, las condiciones de vida degradadas y el ataque al medio ambiente que significa la extracción del litio con el peligro de agotar las reservas de agua, destacan algunas luchas que se vienen dando en la clase obrera y que hemos difundido en diversas notas en esta misma página (contratistas del ferrocarril, coca cola de Córdoba, neumáticos en Buenos Aires, colectiveros, subterráneos, docentes de Salta, etc.).

Pero, en particular, queremos referirnos a un hecho inédito en la clase obrera: el paro de las contratistas de Acindar en Villa Constitución durante dos días.

Nunca antes se había registrado una situación tal. Por primera vez en la historia de esa siderúrgica, las contratistas paralizaron totalmente la planta, obligando al sindicato a sacarse, una vez más, la careta dejando en descubierto su verdadero rostro a favor de la empresa, al decidir por medio de whats app el levantamiento de la medida luego de una “negociación” en la que los obreros no ganaron desde lo económico pues entre lo que son peras o manzanas, el bono de $ 45.000 suple, en plata, los descuentos de los días no trabajados que impuso la empresa a todos los trabajadores (de planta y tercerizados). El aumento firmado por los impresentables directivos del sindicato UOM no supera un promedio de $ 9.000 para los magros bolsillos que reciben un básico de $ 130.000.

Pero, visto desde la perspectiva política de la confrontación de clases, la lucha demostró varias cosas que quedarán impresas para los combates futuros de la clase obrera, no sólo de la zona sino del país.

Una de ellas ha sido el ejemplo que cundió ya que, a pocos días del hecho en cuestión, contratistas de Terniun (ex Siderar, planta San Nicolás), se pusieron en pie de lucha y obligaron a la patronal, al sindicato y al gobierno a decretar la conciliación obligatoria que, vale la pena recalcarlo, es sólo obligatoria y de cumplimiento para los trabajadores ya que cuando a la patronal no le conviene no la cumple. Las demandas son iguales a la de las contratistas de Acindar: aumentos de salarios y mejores condiciones laborales.

Por su parte, obreros de unos 60 talleres metalúrgicos de Villa Constitución que reúnen a unos 1000 trabajadores, hacen circular un volante con demandas salariales llamando a la lucha y a la unidad para logar el objetivo.

Es evidente que dicho resultado político se debe contabilizar a favor de la lucha de la clase obrera que tiene un significado estratégico para la extensión y profundización de la lucha de clases en contra de la burguesía, la unidad, y la equiparación de las condiciones de vida a futuro.

Todo esto ha contribuido a que le UOM, decretara un remedo de “plan de lucha” con tufillo electoral con el que intenta engañar a los obreros y que, seguramente, en medio de la disposición a la lucha que están demostrando los metalúrgicos, al igual que otros trabajadores en el contexto nacional, redundará en mayor desprestigio del aparato sindical.

La burguesía acusa el golpe que se ve reflejado en las dificultades que tiene el peronismo para gobernar, sus peleas internas y los enfrentamientos de camarillas de la oposición enfrascados en el proceso electoral en el que no hacen pie dado el porcentaje creciente de no participación registrado, lo cual profundiza la crisis política que los envuelve haciéndolos dudar cada vez más en las medidas que deben tomar para profundizar las políticas de ajuste.

Del otro lado de la vara podemos señalar que el gremio de Acindar pudo levantar la medida por Whats App debido a la falta de organización independiente de las bases ya que no hubo una voz unificada que lo contradijera y se plantara a favor del interés de los obreros.

La presión ejercida por las bases con antelación a la medida en los debates y asambleas anteriores al corte que paralizó la planta y obligó al sindicato, en contra de su voluntad, a ponerse al frente de la medida, no fue suficiente para sostener el paro, pues esto último implica que es necesario una organización que represente a las bases dispuestas a la lucha, pulse el desarrollo del conflicto, evalúe el estado de ánimo y los movimientos propios y de la patronal y tome, finalmente, las decisiones sobre la continuidad o no del mismo tomando en cuenta no sólo lo económico sino la marcha del proceso de lucha político de la clase obrera y sectores oprimidos.

Estas son tareas pendientes que van dejando su impronta y su enseñanza al movimiento de la clase proletaria que viene incrementándose desde fines del año pasado. No obstante, es de destacar también que se vienen dando pasos en ese sentido lo cual abre un panorama alentador.

Es por estas razones que los revolucionarios, tal como hicieron Santucho, la dirección histórica de nuestro Partido y los miles de revolucionarios que quedaron en el camino, debemos dar continuidad a la obra emancipadora profundizando y extendiendo el robustecimiento del Partido Revolucionario y de las organizaciones políticas de masas que reflejen los verdaderos intereses de las bases, concretando las herramientas necesarias para pelear contra la burguesía, sus gobiernos de turno y las instituciones sindicales y estatales pro monopolistas organizando la lucha de clases para la toma del poder.

Compartí este artículo