Nuestras tareas


El fuerte abstencionismo acompañado de un voto de bronca a todo lo establecido requiere a las y los revolucionarios perseverar y elevar el grado de conciencia y organización política en la clase obrera y el pueblo. Sobre todo, en una etapa de resistencia donde se vienen experimentando los primeros comportamientos de clase.

En lo político

Debemos elevar el contenido político del actual estado deliberativo. No importa en qué grado se de en cada lugar de trabajo, hay que fijar posición en lo electoral, explicar las medidas devaluatorias y su fuerte incidencia en la mayor chatura de nuestro salario. Tengamos presente nuestro último volante en donde se plantea la existencia de dos políticas y sus consignas, más vigentes que nunca. Hay que apegarse a lucha política. ¿Qué es la crisis de superproducción? ¿Por qué la crisis política de la clase dominante? A la necesidad del partido de la clase obrera, y abordar el problema del reformismo, todos temas candentes en este momento.

En lo ideológico

Hacer el acento en la confrontación de las clases en pugna y el papel que la clase obrera industrial está jugando en el mundo y en particular, la experiencia en nuestro país.

Recordar que desde la crisis capitalista de 2008 en adelante comienzan a desatarse huelgas históricas y se comienzan a tomar conciencia de la “existencia” de la clase obrera, cuando el salario en la cuna de la globalización (China) se elevara un peldaño tras la lucha proletaria de la industria automotriz.
Ese punto de inflexión permitió que años posteriores (la misma clase obrera mundial) comenzara a protagonizar una parte de la historia política de los últimos años. Las y los revolucionarios debemos politizar el papel que juega el Estado y de cómo por estos días la clase dominante redobla la apuesta para hacer desaparecer el carácter de clase del mismo.

El Estado es burgués y en cada deliberación de una lucha o en la preparación de ellas nuestra tarea debe sumar a esclarecer este aspecto ideológico. En ese andar de los debates ideológicos aparece la necesidad política de explicar qué significa la lucha por el poder y la construcción de un nuevo tipo de Estado. Explicar este tema nos lleva a dar un debate sobre la democracia representativa y la democracia directa que deriva en las propuestas políticas que nos planteamos en el inicio de este artículo.

En lo organizativo

Para llevar adelante el proyecto y el programa revolucionario hizo falta de un Partido que impulsase esa propuesta. (ver en Programa Político del PRT)

Es decir, en lo organizativo se necesita robustecer el partido revolucionario fundamentalmente desde la clase obrera industrial y de los proletarios y oprimidos de la sociedad de clases.

Ese es el eslabón fundamental a resolver para ayudar a que el caudal de bronca y descontento reinante fluya con una política y una ideología revolucionaria antes desarrollada.

En simultáneo, profundizar lo que nuestro pueblo ha realizado por experiencia propia y lo que ha caminado en la experiencia autoconvocada y de democracia directa.

La autoconvocatoria ha tenido su recorrido y una experiencia ya hecha. Millones y millones de habitantes han experimentado en una lucha el significado de la autoconvocatoria. Ha habido luces y sombras de todo ello y la vida ha venido demostrando que la autoconvocatoria con el ejercicio de la democracia directa y ciertos grados de organización ha cambiado el significado de “delegados” por el de voceros, indicando una franca distancia en lo que es delegar a lo que es participar, y que el peso de la asamblea derive en voceros marcando una línea divisoria y a la vez antagónica con la idea de la clase dominante de “delegar” para que nada cambie.

En la lucha contra las instituciones fundamentalmente políticas y gremiales la NO conciliación de clases es organizando en varios planos la acción directa con democracia directa y darle a la asamblea ese carácter que será la cuna del nuevo poder en nuestro país.

Nuestras tareas políticas, ideológicas y orgánicas para el momento actual se entrecruzan porque es un todo que se rige bajo un programa revolucionario.

Llamamos a las y los proletarios que le están poniendo el pecho en esta etapa de resistencia y que se va desarrollando en el país, a seguir perseverando en lo más profundo y amplio de nuestra clase obrera. Este hacer del momento, de hecho, fortalecerá como lo está haciendo la unidad por abajo y en cada lugar en concreto en donde nos encontremos.

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