Disciplinar a la clase obrera para achatar salarios y aumentar la productividad


Las conductas políticas centrales del actual gobierno son:

  1. El disciplinamiento a la clase obrera.
  2. La extorsión a la clase y a todo el pueblo.
  3. El achatamiento salarial.
  4. Una mayor productividad.

Estos son los ejes políticos centrales que ejecutarán desde el gobierno por mandato de la burguesía monopolista.

Para intentar disciplinar a la clase obrera continuarán con la extorsión y, en ello, no nos darán tregua. Intentarán dar por hecho que así se irán “acomodando los melones” para sus intereses y entonces sí golpear certeramente a la clase e ir desarmando una resistencia de larga data.

Disciplinar para achatar el salario y aumentar la productividad.

Ese eje político central lo tratarán de “esconder bajo siete llaves”. Nos hablarán de la “defensa de la democracia”, de la “libertad”, nos tratarán de embaucar con debates secundarios para evitar la confrontación clasista que se viene. Tratarán de diluir el principal eje de confrontación con la clase y en ello serán partícipes los políticos y los sindicalistas de todo pelaje para amortiguar las avanzadas de resistencia que se irán incrementando.

El proletariado no ha tenido paz ni la va a tener. Con más del 45% de pobres los brotes de resistencia han adquirido cierta experiencia práctica. Pero aún no son fuerzas suficientes para cambiar el actual estado de cosas. Nuestro pueblo, aún confundido en lo que sería un camino de salida, que no es poco, no ha dado un cheque en blanco para que el Estado burgués discipline a la clase y a todo el pueblo oprimido.

Hay muchos mecanismos de extorsión que nos están ejecutando y eso pesa, molesta para una acumulación de fuerzas que pueda provocar una rebelión sistematizada. Pero es desde ese muy abajo sufriente en donde las y los revolucionarios debemos insertar las acciones capaces de robustecer las fuerzas.

Esas acciones implican que hay que desplegar las políticas en los lugares concretos en donde reina el dolor y muchas veces la confusión.

En las fábricas deberemos abrir e intensificar el debate entre los obreros desde la política que estamos llevando nacionalmente, crecer en esa influencia que permitirá elevar la conciencia de qué tipo de resistencia estamos hablando y para qué. Lo mismo si los destacamentos revolucionarios se encuentran en otros sectores del proletariado oprimido.

Explicar qué viene detrás de toda palabrería del gobierno, de cómo necesariamente querrán disciplinarnos, y en ello aplicarán su experiencia con carácter de clase dominante.

En ese debate político deberemos saber explicar que ellos tienen una crisis política provocada por el abajo que no se ve, pero se siente que su fortaleza radica en todo caso en dos cuestiones:

  1. La debilidad de la organización política independiente que se plantee la lucha por el poder
  2. Que el peso ideológico con el que han batallado durante medio siglo sigue pesando para que la clase aún no actúe como clase, cosa que permita potenciar las fuerzas que se acumulan en todo el pueblo hacia un cambio profundo de situación.

Entendemos que hay que avanzar localmente y desde allí fortalecer todos los caminos de unidad entre la clase y, a la vez, con todo el pueblo.

Fortalecer desde esa perspectiva con acciones unitarias que se deben desplegar en los centros de trabajo en estrecha relación con la problemática local, sea en lo fabril, en lo barrial o en los centros de estudio, etc.

Hay fuerzas acumuladas, pero sin un norte de cambio revolucionario, aún muy dispersas. Son fuerzas que, como aparecen, desaparecen y eso no es bueno. Tomar iniciativas desde lo local con perspectiva nacional para ir atando los cabos sueltos de la resistencia.

Intentar unir las fuerzas por abajo, las más dispuestas a resistir, para vertebrar planes locales unitarios, que vayan formando referencias que impliquen poder popular.

En ello, los destacamentos revolucionarios como nuestro partido, deberemos tomar en cuenta iniciativas que permitan aunar y facilitar encuentros entre obreros y trabajadores, para que esas fuerzas iniciales tomen en sus manos la ampliación de la resistencia y sobre todo, desde lo político, elevar la conciencia de cada acto que se realice. Motorizar la propaganda masiva, unificar las ideas políticas con acciones comunes y unitarias.

Debatir el para qué del objetivo de disciplinamiento que trata de imponer el poder burgués y de cómo se lo puede y debe quebrar, que a la extorsión que vienen a profundizar se le debe responder con más unidad de acción por abajo.

En todos los planos, robustecer y masificar los reclamos políticos y económicos profundizando las organizaciones políticas unitarias por abajo y del poder local que vayamos creando en sus diferentes etapas.

Compartí este artículo